La empresa de alquiler de patinetes eléctricos Wind Mobility ha iniciado este martes su servicio de movilidad compartida en Barcelona, ciudad a la que además ha trasladado su sede central europea, hasta ahora situada en Berlín (Alemania). La Generalitat tiene abiertas líneas de subvención para empresas que ubiquen sedes en Cataluña, aunque la Wind no menciona si ha recibido ayudas públicas. La compañía, con presencia en varios países europeos, de Oriente Medio y Asia, funciona a través de una aplicación de móvil que los usuarios tienen que descargar para utilizar los patinetes.
En Barcelona, según informa la empresa, el servicio se ha lanzado en colaboración con diferentes espacios privados, entre ellos 19 aparcamientos de Saba y de Bamsa, campus universitarios, edificios de oficinas o centros comerciales. Y es que la normativa en Barcelona no permite este tipo de actividad en el espacio público, lo que está penado con multas de hasta 200 euros, explica Gerard Sellarès, responsable para el sur de Europa de Wind Mobility.
"Estamos en conversaciones con varios actores clave de la ciudad y prevemos ir incorporando nuevos espacios de aparcamiento en los próximos días", apunta el directivo. El precio de uso de los patinetes Wind en Barcelona es de 0,2 euros cada minuto, aunque la empresa penalizará con 100 euros a quienes finalicen sus viajes fuera de los espacios de aparcamiento definidos en la app.
20 empleados en Barcelona
Coincidiendo con el inicio de operaciones en Barcelona, la compañía ha decidido trasladar de Berlín a la capital catalana su sede central europea. Así, aunque la oficina de Berlín seguirá acogiendo los departamentos de atención al cliente, finanzas y legal, toda la actividad operacional y de negocio, así como la parte tecnológica, será liderada desde Barcelona.
"Teníamos varias ciudades en mente, pero estamos convencidos de que Barcelona es la ciudad ideal para nosotros", apunta el director de operaciones de Wind Mobility, Matt Turzo. Desde la empresa destacan la buena comunicación de Barcelona con la mayoría de ciudades europeas y mundiales, la existencia de una bolsa de talento internacional de alta cualificación y el hecho de que la capital catalana se esté consolidando como hub tecnológico y de "startups" en Europa.
Wind cuenta por ahora con una veintena de trabajadores en Barcelona, aunque su objetivo es ampliar el equipo a medida que se consolide su actividad en la ciudad.