La red de puntos de recarga de vehículos eléctricos de acceso público en España cerró 2024 con cifras récord: 40.438 puntos operativos, según los datos proporcionados por la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE). Este volumen, que representa un crecimiento del 33,2 % respecto al año anterior, consolida el esfuerzo del ecosistema industrial, tecnológico y de servicios que conforman los operadores de carga en el país.
Un crecimiento histórico en 2024
A lo largo de 2024, se instalaron y activaron un total de 10.088 nuevos puntos de recarga, el mayor registro interanual de toda la serie histórica. En el cuarto trimestre, se añadieron 3.302 de estos puntos, lo que equivale a una media de 1.100 equipos mensuales, marcando otro récord en la evolución del sector.
Una de las tendencias más destacadas del año ha sido la expansión de puntos de recarga de alta potencia. Del total de infraestructuras activadas, el 69 % cuenta con una potencia igual o superior a 22 kW, mientras que los puntos de alta potencia (más de 22 kW) representan el 35 % del total. En particular, los cargadores con potencias entre 50 kW y 250 kW crecieron un 15 % en el último trimestre, mientras que los de más de 250 kW aumentaron un 17 %. Este tipo de infraestructuras son esenciales para eliminar la ansiedad por autonomía entre los conductores de vehículos eléctricos, especialmente en entornos interurbanos.
“Estos datos desmienten la falsa creencia de que España no cuenta con una red de recarga de acceso público suficiente, superando la cifra de 40.000 puntos operativos, y pone en valor el enorme esfuerzo inversor y tecnológico que están llevando a cabo los operadores de carga de nuestro ecosistema”, destaca Arturo Pérez de Lucia, director general de AEDIVE.
Infraestructuras que impulsan la movilidad
El último trimestre de 2024 refuerza la tendencia hacia la instalación de puntos de alta potencia en zonas interurbanas. Esta estrategia busca facilitar los desplazamientos largos, atendiendo a la demanda de conductores que no cuentan con cargadores domésticos. Así, la red española se adapta progresivamente a las necesidades de los usuarios, asegurando una mayor comodidad y versatilidad para quienes optan por vehículos eléctricos.
En cuanto a la distribución geográfica, Cataluña, Madrid y Andalucía lideran el número de infraestructuras de recarga. Es especialmente significativo el avance de Andalucía, que ha recortado distancias y se encuentra prácticamente a la par con Madrid en términos de capacidad instalada.
Avances y retos de la recarga
Aunque las cifras reflejan un esfuerzo notable por parte de los operadores, el avance hacia una movilidad eléctrica plena aún enfrenta desafíos significativos. Más de 11.400 puntos instalados permanecen inactivos debido a trabas burocráticas, representando el 22,8 % de la red. Según datos de ANFAC, que cifra la red en 38.725 puntos en base a los usuarios de Electromaps, si estos puntos estuvieran operativos, España habría alcanzado los 50.171 puntos, superando el objetivo de 2023 y acercándose al de 64.000 puntos para 2024, establecido en el marco del paquete europeo Fit for 55.
La burocracia sigue siendo una barrera clave, ralentizando el proceso de permisos y la puesta en marcha de infraestructuras ya instaladas. Tanto AEDIVE como ANFAC insisten en la necesidad de simplificar y agilizar los trámites administrativos para maximizar el potencial de las inversiones realizadas.
Mirando hacia adelante
España avanza en el desarrollo de su red de recarga, consolidándose como un país en plena transición hacia la movilidad eléctrica. Sin embargo, aún queda camino por recorrer para alcanzar los estándares de países como Países Bajos, Alemania o Francia, líderes en la adopción de vehículos eléctricos e infraestructuras de recarga.
Con una estrategia más ágil y coordinada entre administraciones, operadores y fabricantes, 2025 podría marcar un punto de inflexión. Los datos récord de 2024 son un testimonio del compromiso del sector, y el reto ahora es aprovechar este impulso para superar los obstáculos y acelerar la descarbonización del transporte.