Los taxis aéreos de Uber ya han comenzado sobre los rascacielos de Nueva York, aunque de momento se lleva a cabo en helicópteros convenconales. La compañía de alquiler de vehículos con conductor Uber arrancará este martes el servicio de taxi aéreo compartido que conectará la céntrica isla neoyorquina de Manhattan con uno de los aeropuertos que dan servicio a la ciudad, el John F. Kennedy, con un precio por carrera de entre 200 y 225 dólares.
La compañía pone en marcha sus "Uber Copter" a través de la división Uber Elevate, una rama que puso en marcha hace tres años para explorar las posibilidades del transporte aéreo compartido y que estará disponible para sus miembros con estatus de platino y diamante. Uber aseguró hace unas semanas que el precio del servicio puede variar conforme a la demanda, al igual que su división terrestre.
Uber Copter, además del trayecto aéreo, incluirá una carrera en coche desde el hogar del cliente a un helipuerto en la zona baja de la isla, desde donde se tomará el helipuerto en un recorrido de ocho minutos de duración. "Este es un viaje que muchos viajeros hacen a diario y vemos la oportunidad de ahorrarles una gran cantidad de tiempo", dijo recientemente el responsable de Uber Elevate, Eric Allison. En total, el recorrido -incluyendo la parte terrestre- podría alcanzar la media hora de duración, frente a la hora larga (incluso dos) que puede tomar el servicio por carretera, o en otros medios de transporte como los trenes o el metro.
Cinco pasajeros
Los helicópteros, con dos pilotos de tripulación, pueden dar servicio hasta a cinco personas. El servicio de helicóptero no es la primera aventura de Uber en el campo aéreo, puesto que en Dubai ya ofrece excursiones de turismo: 12 minutos de vuelo por 142 dólares.
Sin embargo, los "ubercópteros" despegarán apenas un mes después del accidente mortal en el que un piloto perdido por la niebla que cubría la ciudad impactó su aeronave contra un rascacielos junto a Times Square. Ya entonces varios cargos políticos, como el portavoz del Consejo Municipal, Corey Johnson, cuestionaron la conveniencia de llenar de taxis el espacio aéreo: "¿Es eso realmente necesario? ¿Es seguro?", se preguntó.
En Manhattan está prohibido instalar helipuertos en las azoteas de los inmuebles después de que en 1977 un aparato se estrellara en un edificio y causara la muerte de cinco personas, por lo que estos vehículos aéreos recurren a instalaciones en las orillas del río Este y del río Hudson, que bañan la ciudad.