Los coches conectados y autónomos tienen por delante algunos desafíos por resolver que se empiezan a ver ya sobre el terreno. Tesla desembarcó en China con mucha fuerza gracias a su planta en Shanghai pero en los últimos meses ha sufrido problemas por las airadas quejas de algunos clientes por la respuesta a algunos fallos y por las discrepancias con el Gobierno chino sobre qué hacer con los datos recopilados por los vehículos. Elon Musk se ha visto obligado a ceder, pero no del todo.
El consejero delegado de Tesla ha anunciado en una intervención en un encuentro sobre automoción en China que la compañía trabajará con los reguladores mundiales para garantizar la seguridad de los datos y evitar usos indebidos de esa valiosa información, según dijo el viernes el presidente ejecutivo Elon Musk en un evento de la industria en China.
"Con el rápido crecimiento de las tecnologías de conducción autónoma, la seguridad de los datos de los vehículos está generando más preocupaciones públicas que nunca", dijo Elon Musk en el Congreso Mundial de Vehículos de Nuevas Energías en la isla de Hainan, en el sur de China, a través de una conexión por vídeo, según informa Reuters.
China recela de Tesla
La discrepancia sobre el uso de los datos de los vehículos de Tesla llevó al Gobierno chino a investigar a la marca norteamericana. De forma cautelar, la Administración impidió que los coches de Tesla accedieran o estacionaran en las instalaciones del Ejecutivo. El motivo argumentado era la preocupación de seguridad sobre las cámaras con las que van equipados los vehículos.
La solución adoptada de momento por Tesla para intentar solventar esta crisis diplomática con el Gobierno chino ha sido establecer un espacio digital en China para almacenar los datos de automóviles de la marca vendidos en el país asiático.
