La crisis ha añadido nuevos problemas para los talles de reparación de automóviles. Además de perder clientes porque no pueden pagar o retrasan las reparaciones o revisiones y de sufrir la fuga de otros a las agresivas cadenas de talleres multimarca, ahora tienen que afrontar la competencia de una legión de nuevos mecánicos piratas que han montado su negocio a domicilio y por Whats App.
Las webs de anuncios de artículos de segunda mano y de profesionales y servicios están repletas de ofertas en las que estos mecánicos low cost ofrecen sus servicios: "Porque pagar más por una buena reparación, si puede pagar menos por su avería o mantenimiento de su vehículo! Mecánico con mas de 12 años de experiencia y precios sin competencia, compruebe UD. mismo, hago todos los trabajos para tu turismo, furgoneta, moto, quads, maquinaria agrícola etc: embragues, culatas, correas de distribución, aceite, filtros, frenos, suspensión, trabajos de chapa y pintura, puesta a punto su vehículo y servició de enllantado. Llámame o agrégame por Whats App".
La necesidad de supervivencia y la abundancia de mecánicos despedidos por los talleres legales como medida para intentar capear el desplome de los ingresos junto con la búsqueda de precios baratos por parte de los clientes han creado el caldo de cultivo propicio para la eclosión de un mercado sumergido de reparación de vehículos. Durante la crisis han cerrado más de 6.000 talleres de reparación. Estos competidores sobrevenidos, junto con talleres establecidos que traspasan la legalidad se han hecho con una cuota de mercado del 20%, según las estimaciones de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (Ganvam).
Ese 20% equivaldría a una facturación en negro de unos 1.000 millones por parte de unos 10.000 talleres o profesionales y, como consecuencia, un fraude a Hacienda por un importe de unos 210 millones y a la Seguridad Social de 112 millones.
Como en otras actividades, la economía sumergida en el sector de la postventa de vehículos no está en realidad tan oculta como parece. ¿Quién no ha visto a alguno de estos mecánicos cambiar el aceite o parchear un coche en algún parking, descampado o polígono industrial? En muchos casos, los restos de aceite y de piezas desechadas son evidentes por lo que estos piratas también suponen un serio problema de deterioro de espacios públicos y medioambiental. Un simple vistazo a las webs en las que se anuncian permite obtener una larga lista de teléfonos de los mecánicos piratas del Whats App como principio de la investigación de la Agencia Tributaria.