La letra pequeña de las pólizas de seguro de los coches, esa que nos envían pero que casi nunca leemos, suele ser bastante indescifrable. Como muchos otros textos legales o jurídicos, como una hipoteca. La gran mayoría de automovilistas no es capaz de entender las cláusulas del seguro de su vehículo.
Los mediadores de seguros han presentado ante la Dirección General de Seguros un informe sobre la legibilidad del lenguaje que se emplea en las pólizas de autos, que concluye que entre diez y dieciséis millones de usuarios no entienden su contenido. El informe, elaborado por los colegios de mediadores a través de su escuela de negocios Cecas, es el primero que analiza detalladamente los textos que deberían leer "con detenimiento" y de principio a fin todas las personas que contratan una póliza de autos, las más populares del mercado.
Para elaborar el estudio se han tomado como muestra los condicionados de diez de las principales aseguradoras de automóvil en España que representan al 75 % de las primas. El informe considera que las pólizas de autos requieren un nivel de formación equivalente a graduado o licenciado universitario en los contratos más sencillos y estudios de Derecho o Economía en los más complejos.
Hasta 4 horas de lectura
LA extensión de los textos de las pólizas también influye en que sean difíciles de comprender. La lectrua de todas las clásusulas puede llevar desde los 36 minutos en el caso de la póliza más breve hasta las casi cuatro horas la más extensa.
Los colegios de Mediadores creen que el sector debe hacer un esfuerzo por usar un lenguaje estándar que entienda la mayoría de los clientes que contratan una póliza de seguros. Aunque existen precedentes como el diccionario de términos del seguro editado por la patronal del sector, Unespa, hay que ir "mucho más allá", explican, para mejorar la comprensión de unos contratos tan importantes y evitar la "cascada de demandas y sentencias en contra" emitidas por los tribunales por la poca claridad de los textos.
Sustituir la jerga legal
Unespa publicó en 2018 una guía para simplificar los términos que se emplearán en el documento que deberá entregarse a los potenciales clientes informando sobre las características de tal o cual producto. Según explicó en ese momento, las compañías asociadas pueden adherirse a esta guía de buenas prácticas libremente.
"Los términos jurídicos y la jerga profesional hacen que los productos aseguradores resulten, en ocasiones, difíciles de comprender por parte del público general", admitía la patronal aseguradora. La guía incluye 51 términos susceptibles de ser reemplazados en los documentos de información sobre productos de seguros que editen las aseguradoras adheridas.
Por ejemplo, recomendaba no utilizar términos tan frecuentes como valor venial, valor de reposición o edad actuarial. Plantea también sustituir expresiones como baremo por tabla de valoración, extorno por devolución e incluso póliza por contrato.