El retraso de España en el camino hacia la electrificación del mercado automovilístico es de sobras conocido. Pero las consecuencias en el futuro pueden ser demoledoras para el país al agrandar año a año la distancia con los objetivos europeos. Un informe de BBVA Research ha cuantificado, en una especie de inquietante viaje al futuro, el impacto que tendría la dificultad de las ventas de vehículos eléctricos en España en el horizonte de 2035, cuando todas las matriculaciones de turismos tendrían que ser de modelos sin emisiones.
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"Si nada cambia, la cuota de mercado de los turismos eléctricos puros en España se situaría en torno al 34% (±5 puntos) para 2035, muy lejos de los compromisos adoptados en el “Objetivo 55”, destaca el estudio, que hace una proyección de la situación actual para los próximos 10 años.
El punto de partida en el que se basa esat estimación es la situación actual, en la que las ventas de turismos 100% eléctricos han subido un 9.8% de enero a septiembre aunque suponen una cuota de mercado del 5,1% de todas las matriculaciones, muy por debajo de la media europea del 13,1%. La peor parte se la llevan los híbridos enchufables, cuyas ventas se han reducido y han hecho que la cuota de mercado del conjunto de vehículos electrificados haya bajado hasta el 10.8%.
La utopía del objetivo de 2035
Con ese nivel de ventas, España se alejaría del objetivo europeo de alcanzar un 100% de ventas de turismos nuevos sin emisiones a partir de 2035 al quedar en el 34%. "Para alcanzar dichas metas, la cuota de mercado debería crecer en promedio 2,2 puntos cada trimestre entre 2025 y 2034, lo que supone un ritmo 3,4 veces mayor al registrado en la actualidad", advierte el informe.
El consuelo para España es que pocos países europeos podrán alcanzar esa ambiciosa meta del 100% de venta de coches sin emisiones en 2035, aunque hay otros que se quedarían mucho más cerca: Alemania alcanzaría el 72% y Portugal, 81%, por ejemplo.
Entre los principales "desincentivos" de la compra de turismos eléctricos en España, destacan, según el informe, el precio, la limitada infraestructura de recarga y la incertidumbre, tanto tecnológica como regulatoria. El precio es el obstáculo más relevante, dado que los compradores potenciales apenas están dispuestos a pagar una media de 20.000 euros por un turismo eléctrico puro (nuevo o de ocasión), según el Observatforio Europeo de Combustibles Alternativos (EAFO). Además, España dispone de apenas 1,2 puntos de recarga por cada 1.000 turismos en circulación, lo que la sitúa por detrás de países como Portugal (1,7) y del promedio europeo (3,0).
Los aranceles a China empeoran la situación
En ese contexto, el informe de BBVA Research advierte de que los nuevos aranceles a los turismos eléctricos importados desde China irá en contra del impulso a la electrificacion. "La medida no contribuirá a acelerar la electrificación del parque. En primer lugar, porque la accesibilidad al vehículo eléctrico caerá si los fabricantes trasladan, total o parcialmente, el aumento de las tarifas a los precios finales, lo que dañará la demanda".
Además, el servicio de estudios de la entidad bancaria afirma que los aranceles podrían "desincentivar la innovación y aplazar las ganancias de eficiencia de los fabricantes europeos". Adicionalmente, "las probables represalias por parte de China podrían tener repercusiones sobre el sector, tanto directas como indirectas a través del impacto en el conjunto de la economía".
El estudio prevé que las matriculaciones se acercaran al millon de unidades en 2024 y que llegarán a 1,1 millones en 2025 por la mejora de la renta disponible, los menores costes financieros y la mejora de la oferta.
La creación sostenida de empleo, el aumento de los salarios y las pensiones y el descenso de la inflación continuarán estimulando el crecimiento de la renta disponible real de los hogares (3,5% anual en el bienio 2024-2025), según indica BBVA Research en un informe sobre el consumo. Además, la revalorización esperada de los activos financieros, el desendeudamiento de los hogares, la reducción de los costes de financiación y el incremento de los precios inmobiliarios contribuirán al avance de su riqueza, tanto financiera neta (5,3% anual) como inmobiliaria (3,2%).