Con una ventaja de 35 segundos de los tres primeros pilotos con motor Mercedes (Rosberg, Magnussen y Button) respecto a Alonso, queda claro el relevo de poder de Red Bull a los equipos propulsados por los caballos con el sello de la estrella de Stuttgart.
Los antiguos motores triunfadores de Renault quedaron relegados a un papel de segundones al clasificarse en octavo y noveno puesto a más de 60 segundos del ganador. Y en la Fórmula 1 un minuto es una eternidad y mucha inversión en investigación.
Mercedes invertirá 11.000 millones en I+D+i este año y el próximo en todas sus actividades, con una dedicación especial a la mejora de sus motores tanto en consumo como en emisiones de gases. En ese terreno, el nuevo motor de competición es la avanzadilla de los avances que luego llegarán a los vehículos de serie.
La marca asegura que ha mejorado su rendimiento un 30% respecto a un motor V8 convencional gracias a las mejoras introducidas y a un nuevo sistema ERS de recuperación adicional de energía que sustituye al KERS.
Esta vez, Vettel y Alonso probablemente lamentarán que Renault y Ferrari no hayan puesto tanto empeño, o como mínimo con tanto acierto, como Mercedes a la hora de diseñar un nuevo motor que saque el máximo provecho con las nuevas y exigentes condiciones impuestas por la FIA en el mundial de Fórmula 1.