La Arena del Futuro es el nombre que se ha dado en Italia a la primera pista de ensayo de recarga de vehículos eléctricos por inducción que se prueba en el sur de Europa. Se trata de un proyecto promovido por la empresa Brebemi, que explota la autopista italiana A35, que comunica Milán, Bérgamo y Brescia, filial de la multinacional Aleatica con intereses en diferentes sectores del transporte en Europa y América, entre ellos el metro ligero en Madrid. Para realizar la instalación de recarga bajo el asfalto ha contado con el apoyo la startup israelí Electreon, especialista en este tipo de proyecto que ya explota tramos de carretera con recarga en Tel-Aviv (Israel), Gotemburgo (Suecia), Alemania y está preparando un nuevo proyecto en Estados Unidos.
La pista de ensayo es un óvalo de poco más de un kilómetro (1.050 metros) situado una zona colindante a la autopista A35, cerca de la salida Oeste de Chiari, a 28 km de Brescia. Las obras arrancaron en noviembre de 2020 y desde junio de 2022 están operando utilizando como vehículos de ensayo un Fiat 500 eléctrico y un autobús Iveco E-Way, también de propulsión eléctrica. Con el 500 circulamos varios km por esa innovadora pista siguiendo una línea azul que marca el mejor punto para la recarga, esa línea tiene que pasar justo en el centro, por debajo.
Recarga dinámica y estática
Con una inversión de 10 millones de euros, la pista reproduce en diferentes zonas ocho tipos diferentes de asfalto, entre ellos el de la ciudad de Génova que colabora en los ensayos para sus autobuses de transporte público, y el aeropuerto de Bérgamo que también está probando este sistema para los autobuses que se mueve entre las terminales y los aviones. A finales de mayo en estas mismas instalaciones se empezarán a hacer pruebas para la recarga estática de vehículos parados, en aparcamientos.
Para lograr esa recarga por inducción, los vehículos tienen que tener una adaptación que capte la corriente que está 10 centímetros bajo el asfalto en unas bobinas de caucho conectadas con la red eléctrica. El circuito está alimentado con una potencia eléctrica de 1 Megawatio y cada 100 meros tiene un alternador que alimenta el sistema. Para poder utilizar este sistema los vehículos necesitan una adaptación con un receptor instalado en los bajos que recoge la electricidad para alimentar el motor eléctrico o acumularla en las baterías.
La ventaja de este sistema es que permite utilizar baterías más pequeñas porque no hay que acumular energía, lo que en autobuses supone una enorme ventaja ya que las baterías representan la mitad de su precio y además pueden circular sin parar para recargar. Para los turismos hay más problemas a corto plazo hasta que haya una homogenización de las redes y las potencias eléctricas en los diferentes países. En cuanto a la fórmula de pago en recorridos abiertos, los promotores reconocieron que aún no se ha llegado a ese punto, pero podría ser una viñeta por un número de km al año. El precio de hacer esta instalación asciende a entre 1,5 y dos millones de euro el km y su vida útil es de 20 años y se puede hacer el asfalto sin que le afecte. Esto supone que la carretera deja de ser un elemento pasivo para ser activo en la movilidad
De ser viable, el denominado DWPT (Dynamic Wireless Power Transfer) solucionaría los problemas de instalación de redes de recarga aunque el precio es caro. Se trata de una recarga que se hace de modo inalámbrico, por inducción dinámica, al circular por encima de unos cables situados bajo el asfalto, alimentados con una potencia eléctrica de 1 MW.
Guiño a los romanos
En este proyecto colaboran también ABB, una empresa tecnológica que colabora en la FormulaE; FIAMM, que fabrica acumuladores de energía y baterías para vehículos eléctricos y para la industria; además de socios locales como Mapei (químicos para la construcción), Pizzarotti (constructora), Politecnico de Milán, Prysmian, TIM, Universidad Roma Tre o la Universidad de Parma. Y, por supuesto quienes portan los vehículos, Fiat del grupo Stellantis que daptó el e500 e Iveco, que fabricó el autobús desde cero en su planta de Lyon.
El circuito se ha llamado ‘Arena del Futuro’, un guiño a los antiguos romanos que denominaban ‘arena’, la pista donde se celebraban espectáculos y porque además tiene una forma oval.
La conectividad avanzada con tecnologías IOT (Internet of Things) permitirá un paso más en la conducción autónoma ya que garantiza la máxima seguridad vial y un diálogo constante entre las autopistas y los vehículos que circulan por ellas. En este campo colabora la empresa de comunicaciones TIM. Electreon realizó su primer proyecto la realizó en Tel-Aviv ,en colaboración con la empresa de transportes local, y supuso la adaptación de 600 metros de calle.