La coalición entre conservadores y socialdemócratas que gobierna Alemania ha conseguido un acuerdo histórico de transición ecológica. El plan de Alemania para reducir las emisiones contaminantes tiene un presupuesto de 54.000 millones de euros e incluye medidas como la subida de la gasolina y el diésel y una mayor presión fiscal sobre el CO2.
El acuerdo se ha producido en vísperas de la cumbre climática de la ONU en Nueva York y con miles de manifestantes en las calles de berlín y de otras ciudades de Alemania y de otros países en una escalada en las protestas para reclamar medidas que frenen el cambio climático.
El paquete de medidas acordado por el Ejecucutivo que encabeza la cancillera Angela Merkel prevé un mecanismo de control de la reducción de emisiones en los ámbitos del transporte, los edificios y la agricultura para conseguir el cumplimiento de los objetivos fijados para 2030.
Apoyo al transporte público
Una de las medidas que más notarán los bolsillos de los alemanes será el encarecimiento de los impuestos sobre los carburantes fósiles, que subirán tres céntimos por litro en 2021 y 10 céntimos en 2026 como medida de penalización para el uso y venta de vehículos con motores de combustión interna.
De forma paralela, se aumenta la deducción fiscal para la tarifa plana del transporte público de 30 a 35 céntimos por kilómetro recorrido y subirán los precios de los billetes de avión.
El pacto prevé una subida progresiva del coste para los emisores de CO2 desde 10 euros por tonelada hasta 35 euros entre los años 2021 y 2035, según informó la web de Spiegel.
Las medidas también atacan uno de los principales focos de contaminación en la ciudades al prohibir la instalación de nuevas calefacciones de gasóleo a partir de 2026 y una subvención del 40% del coste para la sustitución de las existentes por otros sistemas menos contaminantes.
