Barcelona ha presentado su nuevo Plan de Movilidad Urbana (PMU) 2025-2030, con una ambición clara: reducir en un 25% los desplazamientos laborales en vehículo privado en los próximos cinco años. Esta medida forma parte de un enfoque integral para transformar la movilidad urbana, fomentando el uso del transporte público, la bicicleta, los vehículos de movilidad personal (VMP) y el desplazamiento a pie, con el objetivo de que estas alternativas sostenibles representen el 85% de los trayectos diarios en la ciudad.
Menos coches, más transporte sostenible
Según el nuevo PMU, el uso del vehículo privado pasará del 19,9% al 15% del total de desplazamientos, mientras que el transporte público crecerá hasta el 37,1% y la movilidad en bicicleta y VMP aumentará del 3,8% al 5,7%. Todo ello en un contexto donde la movilidad general se prevé que crezca un 12%, alcanzando los 9,3 millones de trayectos diarios.
La primera teniente de alcalde, Laia Bonet, destacó que el nuevo plan aporta una "nueva mirada" que prioriza el propósito de los desplazamientos. “No solo importa cómo nos movemos, sino por qué lo hacemos. Esto nos permite diseñar medidas más realistas y efectivas”, señaló durante la presentación.
Presentación del plan de movilidad de Barcelona
El papel del transporte laboral
El plan pone un énfasis particular en la movilidad laboral, la principal causa del uso del coche privado en Barcelona. Se pretende trasladar al transporte público 250.000 desplazamientos laborales en vehículo privado, sobre un total de 1,6 millones en 2023. Para ello, se mejorará la infraestructura de autobuses urbanos e interurbanos, se impulsará el uso del metro y se fomentarán planes de movilidad sostenible en empresas.
Además, se proyectan inversiones significativas en la red de transporte público y en la ampliación de infraestructuras ciclistas, como el Bicing, que jugarán un papel clave en este cambio modal. El presupuesto estimado para implementar las medidas del PMU se sitúa entre los 6.000 y 8.000 millones de euros, de los cuales 1.000 millones se destinarán directamente a la gestión más eficiente del espacio público.
Un cambio en el diseño urbano
El PMU también apuesta por pacificar 20 kilómetros de calles, especialmente en entornos escolares y sanitarios, y por ampliar aceras que actualmente no cumplen con los estándares de accesibilidad. Estas medidas buscan reforzar la seguridad de los peatones y reducir las víctimas mortales en accidentes de tráfico en un 50% para 2030.
Otro eje fundamental es la implementación de zonas de bajas emisiones y la optimización del control del tráfico mediante datos e innovación, liderados por iniciativas como el Barcelona Innova Lab Mobility.
Respuesta del sector automovilístico
Sin embargo, este ambicioso plan ha generado reacciones en el sector del automóvil. En respuesta a las restricciones al vehículo privado, diversas asociaciones y patronales han formado la plataforma Mou-te per Barcelona, que defiende la movilidad privada como un derecho esencial. Argumentan que las medidas del PMU podrían perjudicar a ciertos sectores económicos y dificultar el acceso a la ciudad para trabajadores que dependen del coche.
A pesar de las críticas, el gobierno municipal, liderado por Jaume Collboni, se muestra optimista respecto a la transformación que propone el PMU. “Este es un plan diseñado para construir una ciudad más habitable y sostenible, que sitúe a Barcelona como un referente europeo en movilidad urbana”, señaló Bonet.
El PMU será sometido a aprobación inicial en los próximos meses, tras lo cual se abrirá un período de exposición pública antes de su adopción definitiva a finales de 2025. Si se cumplen los objetivos, Barcelona avanzará significativamente hacia una movilidad más inclusiva y sostenible.
