Los coches que se pongan a la venta a partir de mayo de 2022 tendrán que incorporar nuevos sistemas de asistencia y seguridad que permitirán que el vehículo lo sepa casi todo del conductor. Habrá pocas cosas que se escapen al control del nuevo cerebro inteligente que tendrá que instalarse en todos los vehículos, según la nueva normativa de seguridad aprobada por el Parlamento Europeo.
El pleno del Parlamento europeo ha aprobado este martes la reforma por la que, a partir de mayo de 2022, los nuevos vehículos europeos tendrán que estar equipados con tecnologías que mejoren sus sistemas de seguridad. El objetivo de todos esos sistemas es reducir el margen de error de los humanos, que, como decía Paco Costas en su célebre programa televisivo de seguridad vial, "es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra".
El paquete de medidas de asistencia y seguridad en la conducción incorpora dispositivos que se empiezan a comercializar como opción en vehículo actuales, como por ejemplo los avisos de somnolencia o abandono de carril, la frenada automática de emergencia y cinturones de seguridad mejorados.
Registro de negligencias
Pero la reforma aprobada por el Parlamento europeo, que tiene que ser ratificada en su trámite final por los 28, incluye medidas que van más allá en el control de los hábitos y conductas de los conductores. Para empezar, los nuevos coches tendrán que ir equipados con una caja negra que, como si se tratara de un avión, registrará los principales parámetros del vehículo para aclarar las causas de accidentes.
Además, el control sobre los conductores abarcará también los casos cada vez más frecuentes de distracción por la consulta del teléfono móvil mediante un 'software' que detecta que se ha desviado la mirada. Asimismo, un asistente inteligente alertará al automovilista de que está superando el límite de velocidad y podrá adecuarla al tope que permite la vía.
Sin embargo. el nuevo 'Gran Hermano' a bordo de los vehículos tiene limitaciones ya que deja a la voluntad del conductor la posibilidad de hacer caso a la alerta o no ya permite desconectar dispositivos como el limitador inteligente de velocidad. Sin embargo, el registro de esas decisiones por parte del conductor en la caja negra pueden provocar consecuencias colaterales como la responsabilidad en accidentes al contrastarse la negligencia o la temeridad.