Joe Biden firmó la nueva hoja de ruta de la movilidad eléctrica de Estados Unidos en la Casa Blanca y en presencia del sector del automóvil. Bueno, más bien del viejo sector del automóvil porque en la foto solo estaban los directivos de las Big Three de Detroit (General Motors, Ford y Chrysler, ahora integrada en Stellantis). La foto ha levantado polémica por sus importantes ausencias, como la de Elon Musk, y es un nuevo ejemplo de que la imagen de la familia de la movilidad está borrosa y pendiente de nuevas incorporaciones.
Elon Musk y los seguidores de Tesla han optado por tomárselo con buen humor como demuestran algunos memes 'bendecidos' por el propio emprendedor. "Hola, yo hago muchos coches eléctricos en EEUU", se puede leer en uno de esos memes en el que se ve a Elon Musk manifestándose frente a la Casa Blanca con ese mensaje en respuesta a su ausencia. La justificación del veto fue bastante peregrina, ya que fuentes de la Casa Blanca alegaron que habían invitado a las empresas de automoción con presencia del sindicato de trabajadores UAW, un aliado de los demócratas y enemigo de Tesla y que también estaba en el acto de esta semana con el presidente del país.
Happening Now: President Biden delivers remarks on the steps our Administration is taking to strengthen American leadership on clean cars and trucks and create good paying, union jobs. https://t.co/H3C8mLrljA
— The White House (@WhiteHouse) August 5, 2021
Nuevos actores de la automoción
Pero no solo faltaba Elon Musk. La lista de los ausentes puede ser muy larga teniendo en cuenta toda la cadena de valor de la automoción y la irrupción de nuevos jugadores con un papel cada vez más preeminente. Además de otros nuevos fabricantes de vehículos eléctricos norteamericanos como Rivian, también tendrían que tener una silla reservada los desarrolladores del 'software' cada vez más presente en los coches conectados y con un creciente grado de conducción autónoma.
Un reciente estudio de la consultora McKinsey alerta del giro que encara el sector de automoción con la digitalización. Además de la incorporación de nuevas funcionalidades de seguridad y conectividad, el modelo de negocio del futuro tendrá una pata importante en las actualizaciones de 'software' de forma remota, como las de cualquier 'smatphone'. Al igual que sucede con aplicaciones de los teléfonos móviles, las plataformas de actualización se convertirán en un 'marketplace' en el que adquirir mejoras o nuevas funciones para los vehículos.
No es ciencia ficción ni una tendencia para un futuro lejano. Tesla, la empresa ausente en la Casa Blanca, ha comenzado a hacerlo cobrando a los propietarios de sus vehículos por descargar algunas actualizaciones con funciones como un sistema avanzado de conducción autónoma.
El 'software', una prioridad
"Para tener éxito, los actores de la automoción deben actuar ahora, permitiendo jerarquías organizativas planas, haciendo del 'software' la prioridad para la alta dirección", advierte McKinsey. Antes de dejar Seat para tomar el timón de Renault, Luca de Meo lo veía claro y advertía de que los fabricantes de automóviles corrían el riesgo de perder el control del núcleo del nuevo modelo de negocio.
La foto del Big Three junto a Joe Biden recuerda al pasado que quiere reivindicarse como palanca clave del desarrollo industrial y social desde el siglo XX. Pero en la foto real ya en la actualidad y en la que tendremos en poco tiempo la familia se ha ampliado y crecerá todavía más con nuevos proveedores estratégicos que están firmando alianzas con los fabricantes de vehículos de toda la vida o que incluso quieren desarrollar sus propios coches para subcontratar su ensamblaje.