La globalización y el incremento en la circulación de mercancías y personas han ampliado la importancia de la movilidad como vector clave para el desarrollo económico y social de los territorios. Al tiempo, están surgiendo nuevas formas de desplazamiento, algunas con una expansión significativa. A la utilización del transporte público y el automóvil, hay que añadir los nuevos sistemas de movilidad multimodal y micro-movilidad, o las plataformas colaborativas de movilidad (como el car sharing), todas ellas más eficientes energéticamente. Además, no hay que desdeñar las oportunidades que ofrece el teletrabajo a la hora de reducir los tiempos de desplazamiento y la congestión de las vías urbanas.
En este escenario, la movilidad se consolida como una necesidad básica de las personas que debe ser respetada y satisfecha, sin que el esfuerzo y el coste de los desplazamientos necesarios para acceder a bienes y servicios lastren la sostenibilidad o afecten negativamente a la calidad de vida o a las posibilidades de desarrollo económico-empresarial, social, cultural, educativo, etc. A lo que se añade el contundente afianzamiento de la dimensión sostenible de la movilidad en un contexto como el actual, caracterizado por la transición energética y la transformación tecnológica (principalmente digital).
Una dinámica a la cual no son ajenas las Administraciones competentes, a la vista de sus inminentes planteamientos de acción. En el ámbito europeo, en diciembre de 2020, la Comisión Europea aprobó la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente de la Unión Europea, con el fin de guiar y sentar las bases de la transformación hacia la sostenibilidad y la digitalización del sector de la movilidad y el transporte en los próximos años.
Apoyo de la Cámara
En este marco europeo, en febrero de 2021, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana publicó el informe resumen de las aportaciones recibidas en la consulta pública previa sobre el Anteproyecto de Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte cuyo objeto principal es introducir en el ordenamiento jurídico español las reformas estructurales necesarias para crear las condiciones que favorezcan una movilidad de personas y mercancías basada en los principios de seguridad, sostenibilidad y digitalización.
Ambos esfuerzos, europeo y nacional, cristalizan en las actuaciones impulsadas por los nuevos instrumentos comunitarios de financiación Next Generation EU y en su plasmación nacional en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español que incorpora una importante agenda de inversiones y reformas estructurales, entre las que sobresalen las vinculadas precisamente a la movilidad.
Unos planteamientos estratégicos y de acción, en suma, que cuentan con el pleno apoyo de las Cámaras de Comercio. Desde la Comisión de Movilidad de la Cámara de Comercio de España estamos trabajando para coadyuvar en esta etapa crucial en la que se asentará la base de la movilidad del futuro.
En torno a tres ejes estratégicos (la movilidad interconectada, la movilidad segura y sostenible, y la movilidad planificada), desde la Cámara de España estamos aportando conocimiento específico y apostando por un enfoque holístico del futuro modelo de transporte y movilidad sostenible de carácter nacional. Un modelo que favorezca el aprovechamiento de sinergias, la eliminación de duplicidades, que dote de coherencia y estabilidad al marco de actuación y que sea producto de la participación, coordinación y cooperación de los múltiples niveles administrativos y de los diversos agentes implicados, públicos y privados. No debemos olvidar, en definitiva, que nuestro país necesita una movilidad moderna, competitiva y sostenible para afrontar los actuales retos y para garantizar en el futuro el bienestar común y el interés general.
Este artículo ha sido publicado en la revista del Barómetro Auto Mobility Trends 2021 de Coche Global y Metyis, que se puede consultar de forma íntegra en este enlace.
