La movilidad urbana cambiará radicalmente en un plazo de unos 10 años. Eso no quiere decir que en el futuro haya menos coches circulando en los accesos a las grandes urbes, sino que su uso cambiará. La propiedad particular ahora mayoritaria dejará paso a fórmulas de pago por uso. En ese contexto, la buena gestion de esa movilidad y la reducción de los atascos se convertirá en un factor clave y determinante de la competitividad de las ciudades, según un estudio elaborado por Oliver Wyman Forum.
El mercado de la movilidad se sitúa en la actualidad en 14,9 billones de dólares (13,66 billones de euros) y experimentará un fuerte incremento del 78% hasta 2030, fecha en la que alcanzará un volumen de 26,6 billones de dólares (24,4 billones de euros). El documento pone de manifiesto que la movilidad es el sector que más contribuye al PIB mundial, representando aproximadamente en la actualidad una sexta parte de todas las actividades económicas, aunque la previsión es que su tasa de crecimiento anual cuadruplique la de la población mundial y suponga un 20% del PIB mundial.
Asimismo, el texto destaca que la evolución que está experimentando el sector de la movilidad se ve impulsada por avances tecnológicos vinculados a la Inteligencia Artificial (IA), el 'machine learning', las analíticas predictivas, el 'big data', el Internet de las Cosas (IoT) o la sustitución de combustibles fósiles por electricidad, entre otros.
Ante estos resultados, el socio de Energía y Transportes de Oliver Wyman, Alejandro Gaffner, apunta que la búsqueda de una experiencia de viaje por parte de las personas, "más que la adquisición de vehículos propios, "va a ser determinante en la gestión de la movilidad en las urbes, especialmente a medida que se produzca una mayor congestión del tráfico, dado que el 30% de los atascos en las ciudades está relacionado con la búsqueda de estacionamiento". "Una mejor gestión de la movilidad se convertirá en una ventaja competitiva para las ciudades y, por lo tanto, en un factor de atracción a empresas, inversiones y talento", asegura Gaffner.
Más coches compartidos
Por su parte, el informe 'La Nueva Movilidad' añade que uno de los principales cambios disruptivos para este sector será la llegada de los modelos como servicio (as a service) al transporte, ya que la propiedad de vehículos por parte de particulares o de clientes profesionales "dejará de ser la norma".
Las previsiones avanzan que en 2030 la mitad del transporte terrestre estará vinculado a vehículos compartidos o de alquiler con conductor (VTC), mientras que también se producirá una variación en el volumen de personas transportadas. Así, los pasajeros pasarán de los 45,3 billones de 2017 a los 105,2 billones en 2030, un 103% más.
Por otro lado, el análisis apunta que uno de los factores que posibilitarán la nueva movilidad del futuro serán los avances tecnológicos y la expansión de los vehículos eléctricos y con tecnología de conducción autónoma. Sus estimaciones anticipan que las ventas de coches eléctricos acumularán 125 millones de unidades en 2030, en comparación con el millón alcanzado en 2015.
En cuanto a la conducción autónoma, esta innovación permitirá "salvar un millón de vidas" gracias a la reducción o a la eliminación de los accidentes de tráfico, al tiempo que también contribuirá a reducir el tráfico en las grandes ciudades gracias a la organización de las rutas.
Nuevas 'startups' de movilidad
La generalización de los vehículos eléctricos y autónomos motivará que para 2050, según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria se habrán reducido en casi un 45%.
Al mismo tiempo, el estudio destaca que la nueva movilidad está impulsando nuevas formas de negocio, de manera que el número de 'startups' vinculadas a este sector ha pasado de las 26 'startups' de transporte con una media de financiación de 45 millones de dólares (41,2 millones de euros) a las 138 firmas con una financiación media de 334 millones de dólares (306 millones de euros).
Por otra parte, el informe elaborado por Oliver Wyman resalta que, a pesar de la evolución que experimentará la movilidad en el futuro, esta se enfrenta a algunos retos, como el de que la sociedad todavía "no está lista" para su asimilación y la afectación sobre el empleo de la nueva movilidad.
"Todas aquellas personas que se ganan la vida, precisamente, con la conducción, ya sea transportando pasajeros o mercancías, podrían ver en riesgo sus empleos. Lo mismo sucede en el lado de la producción, puesto que la fabricación de este tipo de vehículos requiere de unos conocimientos que en la actualidad no tiene buena parte de los trabajadores en las plantas de producción", sentencia el texto.