Había mucha expectativa sobre el papel de Huawei en la carrera de los nuevos actores de la movilidad del futuro pero el gigante chino de la telefonía ha dado un paso al lado. Huawei no tiene previsto convertirse en fabricante de automóviles inteligentes y se quedará como proveedor de componentes para las empresas dedicadas al desarrollo de estos vehículos aprovechando su experiencia y competitividad, según ha indicado la multinacional.
"Nuestro posicionamiento es ser proveedor de componentes para los automóviles inteligentes", ha señalado el presidente rotatorio de Huawei, Ken Hu, durante la rueda de prensa para presentar los resultados de la compañía en 2020, donde subrayó la competitividad del fabricante chino en ámbitos aplicables al desarrollo de vehículos inteligentes como la nube, la conducción autónoma o la gestión de energías.
"En el futuro, los coches serán seguramente eléctricos e inteligentes y es una tendencia que no podemos revertir", señaló Hu, añadiendo que, a pesar de que se pudiera pensar que Huawei se ha quedado atrás, la compañía "tiene mucho que hacer en esta transformación del sector automovilístico".
En este sentido, el ejecutivo recordó que Huawei ha integrado el departamento de consumo y el de soluciones para vehículos inteligentes como parte de la reestructuración corporativa de la empresa, por lo que las inversiones y las decisiones relevantes de estos departamentos serán revisados por la junta de supervisión de inversiones para mejorar la toma de decisiones al respecto e incorporar la opinión de los consumidores en el desarrollo de soluciones para vehículos inteligentes.
Planes de Xiaomi y otros rivales
"Creo que tenemos una gran capacidad de innovación, de diseño en productos destinados a consumidores finales que será muy útil para el desarrollo de vehículos inteligentes y esperamos reforzar nuestro posicionamiento en esta industria para ser un proveedor competitivo de componentes para las empresas fabricantes del sector automotriz", añadió.
Con esta decisión, Huawei se desmarca de la opción que mantienen otros rivales en la electrónica de consumo y la telefonía móvil de desarrollar sus propios coches eléctricos y conectados. Un día antes, Xiaomi anunció su plan para tener su propio coche, que prevé invertir alrededor de 10.000 millones de dólares (más de 8.500 millones de euros) durante la próxima década en la fabricación de vehículos eléctricos junto a Great Wall, con el objetivo de desembarcar en el pujante mercado de automóviles 'cero emisiones' de China.
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