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La hora de los alcaldes valientes en movilidad

La mayoría de los vecinos van a votar a ciegas con las zonas de bajas emisiones en el cajón a la espera del reparto de alcaldías

Colocación de acerteles de la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona / AMB

Colocación de acerteles de la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona / AMB

Toni Fuentes

28.05.2023 00:05h

3 min

La inmensa mayoria de los vecinos votan este domingo en las elecciones municipales sin saber exactamente cómo serán las zonas de bajas emisiones que implantarán los nuevos alcaldes y alcaldesas. Es el programa electoral oculto en un 90% de los grandes municipios que tienen obligación de restringir el tráfico. La mayoría de los alcaldes han optado por una actitud especulativa, un tanto cobarde, al demorar con un criterio claramente electoral una disposición que saben que será controvertida entre los electores. 

Es difícil argumentar pretextos técnicos para explicar el retraso en la obligación de poner en marcha las zonas de bajas emisiones el 1 de enero de 2023. Algunos municipios, muy pocos, lo han hecho unos meses más tarde pero antes de la cita con las urnas. La normativa está razonablemente clara al tener un paraguas de mínimos con una ordenanza estándard que se pueden encontrar en la web de la Federeación Española de Municipios y Provincias que preside Abel Caballero, alcalde de Vigo.

Borrador de ordenanza

Curiosamente, el borrador de ordenanza para que los ayuntamientos aprueben sus zonas de bajas emisiones concreta todos los aspectos como el territorio, los vehículos a los que se aplican las restricciones de tráfico, las sanciones... pero no así la fecha de entrada en vigor, que queda en blanco. Probablemente a la espera de que pasen las elecciones muncipales y se repartan las varas de mando en los ayuntamientos. 

La excepción al ocultamiento electoral de las nuevas áreas que tienen que venir en las que se aplicará un corralito a la circulación de vehículos son una decena de ayuntamientos de los 149 de toda España que están obligados a adoptar la nueva normativa al tener un mínimo de 50.000 habitantes. A ellos hay que sumar los municipios a partir de 20.000 habitantes con episodios de contaminación. Los efectos se extienden sobre 25 millones de personas directamente y unos 11,5 millones de vehículos, de los que unos cuatro millones tendrán problemas para circular al carecer de etiquetas por ser losmás viejos.

Votación a ciegas

En estos momentos, resulta incluso difícil conocer dónde se ha implantado la zona de bajas emisiones. Un mapa online del RACE nos puede ayudar en el recuento. En los municipios en los que se han implantado ya las zonas de bajas emisiones, la medidas sobre movildiad han centrado una buena parte de la campaña y de los debates electorales, como se ha podido ver en Madrid y Barcelona. Hemos podido ver propuestas en los dos sentidos, tanto para acentuar las restricciones a los coches como lo contrario, para dar marcha atrás a las medidas más duras.

En el resto de municipios, los vecinos votan a ciegas porque la zona de bajas emisiones es, por ahora, un plan que se ha guardado en el cajón. Como vecino y votante, me siento defraudado. Exijo alcaldes valientes que hablen claro para facilitar que los votantes tomemos decisiones bien fundamentadas. De lo contrario, lo único que nos quedará será el derecho a la protesta, con el riesgo de que quede en pataleta, cuando los alcaldes saquen del cajón las zonas de bajas emisiones.  

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