La compra de Twitter por parte de Elon Musk está provocando reacciones entre los usuarios y la revisión del papel de las empresas y de los fabricantes automovilísticos en la red social. Poco después de que el polémico emprendedor comprara la empresa que ha sido objetivo de su última fijación, General Motors, el primer grupo automovilístico de Estados Unidos, ha anunciado que para la inversión en publicidad en Twitter a la espera de ver qué cambios aplica su nuevo propietario.
General Motors anunció la suspensión temporal de la publicidad de pago en Twitter, visible mediante los tweets que le aparecen a los usuarios en función de su historial de navegación en internet y en la red social. El fabricante indicó que estaba "comprometiendo con Twitter para comprender la dirección de la plataforma bajo su nueva propiedad", según publicó Reuters.
GM atribuyó su decisión a la respuesta "normal en los negocios cuando hay un cambio significativo en una plataforma de medios". Pese a la congelación de sus contenidos publicitarios de pago, GM aseguró que mantiene las "interacciones de atención al cliente en Twitter".
La galaxia de empresas de Musk
Hace unos meses, algunas agencias de publicidad y marcas ya se mostraban escépticas y preocupadas por el futuro de Twitter, según Reuters. Desde ahora, Twitter comparte su primer accionista y máximo directivo con Tesla, SpaceX, The Boring Company, Starlink y Neuralink.
Musk anunció, en una declaración de principios, que aspiraba a hacer de la red una gran plataforma para la publicidad, y emitió un mensaje específicamente destinado a los anunciantes, dando a entender que la publicidad tendrá mayor presencia en el futuro Twitter. Los anuncios, "si son bien entendidos, pueden entretener, complacer e informar" al usuario, explicándole por ejemplo que existe un tratamiento médico nuevo. "Fundamentalmente -explicó- Twitter aspira a convertirse en la plataforma de publicidad más respetada del mundo que fortalecerá tus marcas y hará crecer tu empresa. Construyamos juntos algo extraordinario", decía Twitter en un mensaje dirigido a los anunciantes de la red.
Después de haber "liberado el pájaro", según dijo Elon Musk, con el desembolso de 44.000 millones, el nuevo dueño de Twitter ejecutó el despido de su cúpula directiva y anunció su voluntad de sacar a la empresa de la bolsa de Nueva York -lo mismo que intentó con Tesla aunque fracasó-, además de una nueva política de moderación de contenidos.
Cabos sueltos de Musk en Twitter
Elon Musk tiene todavía un cabo suelto por resolver de la anterior etapa de Twitter. El multimillonario príncipe saudí Al Waleed bin Talal se convirtió en el segundo mayor accionista del "nuevo" Twitter, después de la compra por parte de Musk. "Querido amigo "Jefe Twit", Elon Musk, juntos en todo el camino", dijo Al Waleed ayer en su cuenta de Twitter.
El príncipe saudí dijo que transfirió la propiedad de las 34.948.975 acciones existentes que tenía en Twitter, valoradas en 1.890 millones de dólares, al "nuevo Twitter", por lo que Al Waleed pasa a ser "el segundo mayor accionista después de Elon Musk". El pasado abril, el magnate saudí rechazó la oferta de Mus para comprar la red social al considerar que estaba por debajo del "valor intrínseco" de Twitter.
Además, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, ha advertido a Elon Musk que la red social se tendrá que ceñir en Europa a las leyes digitales comunitarias. "En Europa, el pájaro volará de acuerdo a las reglas europeas", en referencia a la directiva que refuerza el control sobre las plataformas digitales, con normas contra la desinformación y contenidos de odio y pone coto a las prácticas abusivas con las que los gigantes tecnológicos limitan la competencia de firmas más pequeñas.
