En el año de la pandemia, el fraude a las compañías aseguradoras creció hasta un 2,2% de todos los siniestros en un contexto de crisis. Aunque los intentos aumentaron más en el ramo del hogar, la picaresca continúa siendo más elevada en los seguros de vehículos, según un informe de AXA. Entre los fraudes más habituales se encuentran las lesiones fingidas e inflar la factura de reparación de daños.
El ramo de los seguros de automóvil sigue siendo el más popular en los intentos de fraude, pero va bajando y no solo por la menor movilidad durante la pandemia, sino que ha pasado de representar 7 de cada 10 casos hace diez años a los 5 de cada 10 de 2020.
Pese a que los intentos son menos numerosos, las principales argucias alegadas por los defraudadores siguen siendo las mismas, como el robo o los daños corporales, aunque cada vez menos debido a la actualización del baremo de indemnizaciones por accidentes de tráfico. En cuanto al importe, los siniestros fraudulentos durante la conducción fueron los más costosos, con 20 millones de euros, similar al de 2019.
Pícaros pillados
Algunos ejemplos de fraude detectados este año fueron el de una persona que tuvo un accidente de tráfico real, pero fingió lesiones, que se demostraron falsas cuando se comprobó que había participado en una prueba deportiva durante su baja laboral.
Y en otro caso, unos jóvenes que estaban haciendo trompos con el coche chocan con una atracción de feria, con el resultado de que el conductor estaba borracho y el dueño de la atracción intentó aprovecharse comunicando unos daños de 150.000 euros que en realidad se valoraron en 600 euros.
Los siniestros fraudulentos detectados por el seguro crecieron en 2020 hasta el 2,2 % del total de los casos, desde el 1,9 % de 2019, debido en parte al mayor número de intentos que se produjeron en el ramo de Hogar por el mayor uso del mismo durante la pandemia. Este incremento de las detecciones se debe también a la mayor habilidad que van desarrollando las aseguradoras para detectar los fraudes, especialmente en el plano tecnológico, ha explicado en rueda de prensa digital el responsable de Siniestros de AXA España, Arturo López-Linares, que ha presentado el VIII Mapa AXA del Fraude en España.
Según el estudio, la aseguradora detectó el año pasado 24.000 siniestros fraudulentos, un 12,5 % más que en 2019, y gracias a ello pudo evitar el pago de 67 millones de euros en indemnizaciones en todos los ramos de negocio, un 2 % más que el año anterior.
Tipos de fraudes al seguro
Este repunte se produce "en uno de los contextos sociales y económicos más complejos de la historia reciente", debido al coronavirus, dice el informe, que considera que la crisis económica ocasionada por la pandemia creará un "caldo de cultivo" que podría elevar aún más los casos de fraude al seguro, como ocurrió en la crisis anterior.
Existen tres tipos de fraude: el ocasional, que aprovecha un siniestro leve para "colar" otro que no está cubierto por la póliza, concentra el 53 % de los casos y cuesta de media unos 600 euros; el planificado, con un 45 % de los casos y unos 3.000 euros, y el organizado, cometido por bandas mafiosas, que es el más caro aunque el importe ha bajado de 220.000 a 160.000 euros en 2020.
Y en breve habrá una cuarta categoría, el fraude digital, la que más evoluciona y preocupa a los responsables de siniestros, ya que ofrece muchas posibilidades de engaño no solo en documentos sino en videoperitaciones, llamadas telefónicas, y un largo etcétera.
Por comunidades autónomas, los mayores porcentajes de fraude corresponden a Andalucía (3,41 %) y Cantabria (3,39 %), mientras que las comunidades con menor tasa han vuelto a ser Madrid (1,21 %); País Vasco (1,45 %) y Castilla-La Mancha y Cataluña (1,79 % ambas). Asimismo, destaca el caso de la ciudad autónoma de Melilla, que registró el mayor porcentaje de fraude, con un 9 %.