La búsqueda de talento para la automoción se ha convertido en una misión clave en un momento de profundos cambios. Los cazatalentos tienen cada año una cita importante en calendario, el campeonato Formula Student Spain, que se ha convertido en una cantera de ingenieros para los equipos de F1 de Fernando Alonso, Lewis Hamilton y otros pilotos y también para muchos fabricantes de componentes de automoción.
La edición número 12 de Formula Student Spain, organizada por la Sociedad de Técnicos de Automoción (STA), reunió, el primer fin de semana de septiembre, más de 3.000 estudiantes de ingeniería de varios países que competían con 67 equipos. Cada uno de ellos ha desarrollado un monoplaza de forma artesanal con el que compiten en pruebas de aceleración, carreras cronometradas en un circuito, de conducción autónoma y también explicando su Business Plan.
Ingenieros junior
Con toda esa dedicación, que lleva a los estudiantes a dedicar muchas horas durante el curso, no es de extrañar que las empresas tengan los ojos puestos en los equipos y los futuros ingenieros en acción. Como si se tratara de un 'scouter' que busca los futuros 'cracks' del fútbol, las competiciones de Formula Student de España y de otros países se han convertido en exámenes para fichar a ingenieros junior que se incorporan a equipos de Motorsport o de empresas multinacionales del sector de automoción. Muchas de esas empresas participan como patrocinadores, ya sea con la cesión de piezas o con aportaciones económicas.
Un ejemplo es el proveedor español Gestamp, que apoya a cuatro equipos de Formula Stundent. Es una de las empresas veteranas implicadas en esta competición, de la que salen algunos ingenieros de la firma gracias a que los pueden ver en acción, según explican fuentes de Gestamp.
"Hay gente que al salir del equipo de Formula Student ha ido a F1. Es una catapulta para trabajar en automoción y Motorsport. Muchos hacemos prácticas en empresas proveedoras que son una salida para nosotros", asegura Jaime Sistach, un estudiante de la Universidad Carlos III de Madrid. Él es uno de los líderes de los 67 equipos que se congregaron el pasado fin de semana en el circuito Parcmotor de Castellolí.
Un trabajo arduo
El trabajo para desarrollar el coche empieza a principio de curso con estudiantes voluntarios que deciden dedicar una parte sustancial de su tiempo a este proyecto. Además de buscar proveedores de las piezas y los materiales necesarios y del trabajo artesanal para montar el monoplaza, los estudiantes dedican una buena parte del tiempo a la fase previa de desarrollar el proyecto y buscar la financiación y los apoyos imprescindibles.
"Para tener el coche y para pagar la logística de las competiciones necesitamos financiación. No es fácil conseguir 200.000 euros entre aportaciones en dinero y en componentes", explica Sistach en una pausa en las exigentes pruebas en el circuito Parcmotor de Castellolí. Aunque el equipo de la Universidad Carlos III es uno de los 15 que compitió con un coche con motor de gasolina, están preparando el salto a uno eléctrico, aunque tendrán que asumir un aumento del presupuesto. El objetivo también es desarrollar un coche autónomo, como los 12 que participaron en la prueba en la que los vehículos tienen que recorrer un trazado por sí solos gracias a la programación introducida previamente por los estudiantes.