En los cuatro años que Sergio Machionne presidió Ferrari, desde septiembre de 2014 hasta su falleciendo en julio de 2018, relazó la compañía financieramente, en la F1 y avanzó un plan de productos agresivo. Pero no quiso oír hablar de electrificación (tampoco en el resto de las marcas del entonces grupo Fiat). Su teoría era que cuando fuese ya imprescindible habría componentes a gran escala y baratos y se adquirirían al mejor postor. Puede que no estuviera tan equivocado.
Ferrari inicia ahora ‘en serio’ un proceso de electrificación y no parece que llegue tarde, teniendo en cuenta el reparto geográfico de sus principales mercados (en muchos de ellos la descarbonización no es prioritaria), y su proceso de diversificación potenciando la marca.
En un sector que se encamina a una tecnología de propulsión muy simple y a la entrada masiva de nuevos jugadores 'low cost', lo inteligente es preservar la exclusividad y el prestigio de una marca que es parte del corazón del 'Made in Italy'.
El espíritu de Ferrari
Lo definió muy bien el presidente, John Elkann, en la reunión en la que se desveló el plan 2022-2026 en el que Ferrari entra ‘en serio’ en la electrificación (hasta ahora sólo cuenta en su gama con híbridos) precisamente el año en que la marca cumple 75. “Alimentamos los sueños de millones de personas, nuestra historia se ha construido a través de experiencias emocionantes y memorables, del éxito en la pista y del puro placer de conducción en la carretera. Mientras preservemos su patrimonio y sus valores, sentaremos una base sólida para nuestros futuros planes estratégicos”.
Esos planes pasan por lanzar 15 nuevos modelos en cinco años (el mismo número que en el periodo 2018-2022) y tres familias de motores, preservando la esencia de los superlativos propulsores de combustión que han sido la esencia de la casa, pero desarrollando híbridos y eléctricos. Al final de este plan, el 60% de los modelos Ferrari serán electrificados y sólo el 40% tendrán un motor térmico. En 2025, como ya se había anunciado, nacerá el primer Ferrari 100% eléctrico que tendrá 0 emisiones pero un sonido especial, personal y estimulante.
El motor es el alma
Pero preservando la filosofía que marcó la vida y la obra del fundador de la empresa, Enzo Ferrari, “el motor es el alma de un automóvil”. Para ello Ferrari va a seguir diseñando, desarrollando y fabricando de forma artesanal e internamente en su planta de Maranello (Italia) los motores y los componentes fundamentales y, si es necesario, con socios estratégicos. Para ellos se ampliará la fábrica con una nueva área de motores eléctricos y baterías, además de crear una nueva planta de pintura con la que se pueda conseguir una mayor personalización en las carrocerías. El objetivo es preservar la diferenciación tecnológica y las prestaciones históricas de los Ferrari. Seguir siendo un objeto de deseo.
Todo ello con la vista puesta en 2030 cuando sólo el 20% de los Ferrari tendrán motorización térmica, el 40% serán híbridos y el otro 40% tendrán un motor 100% eléctrico.
El estreno de esa nueva era se podrá ver el próximo mes de septiembre cuando se desvele el primer SUV de la marca, el Ferrari Purasangue, propulsado por un motor de 12 cilindros en V, que aspira a representar el 5% de las ventas globales de Ferrari.
Salto en facturación
El plan 2022-2026 tiene también una sólida vertiente económica que prevé alcanzar los 6.700 millones de facturación en 2026 (4.800 en 2022), con una tasa de crecimiento anual del 9%. Un crecimiento que se basa en los ingresos de la venta de automóviles y del valor añadido que aporta la personalización, pero también de otras fuentes como los productos de 'life style' o las carreras. El beneficio operativo (EBIT) debería situarse entre los 1.800 y 2.000 millones de euros, con un margen operativo de entre el 27% y el 30%. El volumen de inversiones deberá ascender a 4.400 millones de euros de los que el 75% se destinarán al desarrollo de nuevos productos.
Benedetto Vigna, el CEO de Ferrari que llegó a la compañía en 2021 procedente del sector de las nuevas tecnologías y los microchips tiene claro el camino: "Aprovechar todas las oportunidades que nos esperan. Seguiremos aprovechando nuestras ventajas competitivas: singularidad y liderazgo tecnológico, mientras tomamos medidas para alcanzar la neutralidad de carbono para 2030".