Felipe de Edimburgo ha muerto poco antes de cumplir 100 años, durante los cuales ha tenido un peso decisivo en la monarquía británica y en los que ha podido dar rienda suelta a su pasión por los coches. "A Felipe le gusta conducir y lo hace rápido", aseguró Isabel poco después de conocer al que después fue su marido.
Como consorte de la reina de Inglaterra, el duque de Edimburgo deja una larga lista de coches y otro tipo de vehículos que ha conducido, hasta que sufrió un accidente en 2019 que provocó que dejara el volante para siempre al no estar ya en condiciones físicas. Isabel II también tuvo que dejar de conducir sus queridos Land Rover cuando los achaques de la edad no le garantizaban la seguridad.
Se declaró como un 'petrolhead', un auténtico fanático de gasolina y de la velocidad, tanto en los coches deportivos como en aviones, su otra pasión. Ha conducido todo tipo de vehículos, desde turismos 'made in UK' a los que mostró su apoyo incorporándolos a los garajes reales y visitando innumerables fábricas cuando la industria de automoción británica mantenía el esplendor antes de las marcas cayeran en manos de grupos extranjeros. En la larga lista de vehículos en cuyo volante se puso Felipe de Edimburgo destacan algunos de ellos por su carácter singular.
Ogle Triplex Scimitar GTS
Este es probablemente el coche más vanguardista y singular que condujo Felipe de Edimburgo. Se trata de un modelo que se presentó en el Salón del Automóvil de Londres de 1965. Se quedó como prototipo, que fue adquirido por Felipe y que lo mantuvo como su vehículo personal durante dos años. El propósito de este prototipo era demostrar el potencial de las láminas de vidrio para cubrir toda la parte superior y lateral del vehículo.
Un taxi londinense de gas
Desde 1999, Felipe de Edimburgo se desplazaba en muchas ocasiones en las que quería pasar desapercibido en un taxi Metrocab londinense de color verde propulsado por gas que fue adaptado especialmente para el príncipe.
MG clásico
Este fue el deportivo con el que Felipe cortejó a Isabel cuando eran novios. La reina aseguró que el duque estaba muy orgulloso de su pequeño biplaza. "Me llevó en él, una vez hasta Londres, lo cual fue muy divertido, solo que era como sentarse en la carretera, y las ruedas casi llegan a la altura de la cabeza", aseguró la reina.
Aston Martin Lagonda
La marca británica adaptó un Aston Martin Lagonda con algunos requerimientos del príncipe, como un teléfono.
Alvis Serie 2
Después de verlo en el Salón del Automóvil de Londres, Felipe se encaprichó de este modelo que acabó comprando también con algunos extras reales.
Land Rover
Land Rover es una de las marcas preferidas por la casa real británica, especialmente para ir a la campiña. La propia reina solía conducirlos por sus propiedades y también Felipe. El accidente que sufrió en 2019 fue a bordo de un Land Rover en el que se convirtió en su último trayecto antes de abandonar la conducción. El príncipe se disculpó con la conductotra de un Kia a la que arrolló y que sufrió una lesión en la muñena alegando que el sol lo deslumbró.
Rolls-Royce
Durante muchos años, las lujosas limusinas de Rolls-Royce tuvieron el privilegio de ser los vehículos oficiales del parque de la casa real británica para las ocasiones especiales. A partir de ahí, los Rolls se impusieron en otras monarquías como la española.
