Me acaba de llegar la etiqueta ambiental de mi vehículo. La DGT me recomienda que la coloque en el coche para disfrutar de "ventajas o incentivos". Pero la etiqueta tiene una cara B de la que se olvida Tráfico. El sistema de los distintivos ambientales de los automóviles nace cojo puesto que, como recuerda la carta que reciben los propietarios, "la colocación del distintivo es voluntaria". Partiendo de la base de que habrá conductores que no coloquen la etiqueta en el parabrisas, la identificación de los vehículos por su nivel de contaminación para llevar a cabo políticas de mejora medioambiental será más difícil aunque siempre quedará la posibilidad de comprobar los datos mediante la ficha técnica o la base de datos de la matrícula. Para no perderse en la sopa de letras de las nuevas etiquetas ambientales, se pueden consultar algunas guías sobre distintivos para coches como la publicada por El Periódico.
Incentivos de los ayuntamientos
Pero la DGT se olvida de una parte importante de las políticas que los ayuntamientos pueden poner en marcha en base a las etiquetas. "Podrán permitirle disfrutar de las ventajas o incentivos previstos en cada momento, ya sea en el ámbito fiscal, en el de la movilidad, regulación de parkings, etc", indica la DGT. Esa parte es la zanahoria, pero también existe el palo. Es decir, que las etiquetas también permitirán a los ayuntamientos y a las autoridades de tráfico aplicar medidas de penalización sobre determinados vehículos que, o bien carezcan de distintivo, o sean diésel, por ejemplo. El debate sobre el modus operandi de las nuevas restricciones al tráfico en ciudades como Barcelona, Madrid y París está abierto. La capital francesa, por ejemplo, prueba ahora el veto a coches más viejos o contaminantes en lugar de aplicar la restricción en función del terminación par o impar de la matrícula, como ha hecho Madrid.
¿Cómo restringir el tráfico, con matrícula o distintivo?
¿Cuál es el sistema más justo u objetivo en función de los resultados buscados? Los fabricantes y vendedores de automóviles defienden que los vetos se hagan basándose en las etiquetas y no en la matrícula. Sin embargo, la intensidad de las medidas es diferente puesto que la discriminación con la matrícula deja fuera de las calles la mitad de los coches, frente a una parte más pequeña si se hace en función de las etiqueta ambiental.
