La carrera por controlar el negocio emergente de ls coches autónomos cuenta con un caso sonado de presunto espionaje industrial. El supuesto espía de Uber en Google Anthony Lewandosky se enfrenta a una acusación de 33 cargos realizada por la fiscalía, lo que puede suponer largas penas de cárcel.
Lewandosky ha negado todas las acusaciones y alega que se descargó información sobre el proyecto de coche autónomo de Google a final de 2015, cuando todavía era trabajador del gigante tecnológico, por lo que tenía autorización.
Fianza y control de movimientos
Sin embargo, la fiscalía sostiene que la descarga de información confidencial se llevó a cabo cuando el ingeniero ya había decidido abandonar la filial de Google Waymo y fichar por Ottomotto, una firma que inestigaba la conducción autónoma en camiones y que poco después fue absorbida por Uber. Waymo acabó denunciando los hechos al considerar que fue víctima de un robo de información confidencial.
Lewandosky quedó en libertad con una fianza preliminar de 300.000 dólares en efectivo y el aval de dos inmuebles por valor de dos millones, y tuvo que entregar los pasaportes norteamericano y francés y colocarse una tobillera que monitoriza sus movimientos, según explica Reuters.
