"Los barceloneses tenemos derecho a respirar aire limpio". Así define Ernest Maragall, el ganador de las elecciones municipales de Barcelona, una de sus prioridades cuando sea elegido alcalde de la ciudad, algo que da por hecho. El programa electoral con el que se presentó a las elecciones el candidato de ERC es uno de los más claros en materia de movilidad y de lucha contra la contaminación, aunque con algunas lagunas.
Ernest Maragall se ve como nuevo alcalde al ser el candidato más votado por una diferencia de 4.833 papeletas en relación con la siguiente lista con más apoyo, la de Ada Colau, aunque los dos tienen 10 concejales en el nuevo consistorio de Barcelona. Maragall ha enumerado este lunes alguna de sus prioridades, entre las que ha citado el "derecho al aire limpio".
Las medidas tienen como objetivo reducir los 2,1 millones de desplazamientos en vehículo privado que se producen actualmente desde el 25,6% de la movilidad hasta el 20%. El candidato y alcalde 'in pectore' según él mismo propone en su programa un Plan de Movilidad urbana 2019-2024 que sea realista.
Zona de bajas emisiones
En ese plan establece que las "restricciones definitivas" de acceso a la zona de bajas emisiones se aplicarán a partir de 2021 en lugar de la fecha inicialmente pevista hasta ahora en la normativa metropolitana, que prevé que los coches más viejos no podrán acceder a Barcelona a partir de enero de 2020.
Al mismo tiempo, Maragall prevé implantar un "peaje de toxicidad vinculado al derecho al aire limpio" en Barcelona y el área metropolitana que se aplique en función del grado de contaminación y el nivel de ocupación de los vehículos. Aunque no concreta el calendario, el programa de ERC proponía buscar acuerdos para ponerlo en marcha "de manera inmediata". La recaudación de este peaje, que no se cuentifica, se destinará a medidas que supongan un retorno para la sociedad con criterios de redistribución.
Zona azul según la etiqueta
Al mismo tiempo, Maragall quiere seguir los pasos de Madrid cobrando una tarifa de aparcameinto en la calle en función de la etiqueta ambiental de los vehículos. En relación con el 'carsharing' de coches eléctricos, Maragall plantea desplegar la regulación de uso aunque sin concretar si mantendrá el proyecto de Colau de cobrar un canon a cada vehículo, a diferencia de Madrid que no aplica tasas a los coches compartidos.
Tampoco concreta las medidas en el ámbito de la difícil convivencia entre los taxis y los coches de alquiler con conductor (VTC) después del conflicto con Uber y Cabify. Maragall solo menciona su voluntad de desplegar "un reglamento definitivo" que regule la proporción y las condiciones de explotación de taxis y de VTC.
