La movilidad eléctrica avanza, aunque de momento hay más teoría que práctica. Con el progresivo aumento de los usuarios de vehículos eléctricos, podemos conocer más acerca de sus experiencias en un aspecto clave como el de los puntos de recarga de las baterías. Solo el 34% de los propietarios de vehículos eléctricos aseguran que están completamente satisfechos con la infraestructura de carga existente, su velocidad y los precios, según un sondeo realizado por L-Charge.
La encuesta confirma los problemas existentes especialmente para viajes fuera de las grandes áreas urbanas. El 56% de los propietarios de vehículos eléctricos dijeron que no están satisfechos con la infraestructura de carga existente. Alegan que se sienten limitados con sus oportunidades de movilidad. Cabe destacar, según L-Charge, que entre las quejas sobre la infraestructura se encuentran los que tienen los últimos modelos de automóviles eléctricos, como Tesla Model 3 y Porshe Taycan, y también los que viajan regularmente hacia o a través de áreas rurales.
Dentro y fuera de las ciudades
Así, el 63% de los usuarios de coches eléctricos aseguran que se ven obligados a modificar sus rutas de viaje debido a la falta de infraestructura de carga, lo que provoca que tengan que buscar alternativas con más opciones para enchufar el vehículo.
L-Charge recuerda que la mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos cargan sus vehículos principalmente en casa o los puntos de acceso público situados en las ciudades. En estos casos, el grado de satisfacción es más elevado. Los problemas para los viajes fuera de esas aglomeraciones urbanas no solo se deben a la escasa infraestructura de recarga, sino también a la falta de información fiable sobre su disponibilidad y a su escasa potencia, lo que alarga el tiempo en el que el vehículo tiene que estar enchufado.
Infraestructura poco potente
La publicación de este estudio ha coincidido con el diagnóstico de sitiuación de la red de piuntos de carga que ha hecho la patronal europea de fabricantes de automóviles (ACEA). El número de cargadores públicos disponibles actualmente en la Unión Europea asciende a 225.000, de los cuales solo 25.000 son de carga rápida (más de 22 kilovatios), es decir que solo uno de cada nueve puntos de carga europeos es un cargador rápido, según los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Los puntos de carga restantes (con una capacidad de 22 kW o menos) incluyen muchos cargadores privados o de baja capacidad, esto supone invertir hasta una noche entera en cargar un automóvil eléctrico con uno de estos 200.000 cargadores. España tiene 2.128 puntos de acceso público de carga rápida frente 5.279 de velocidad más baja, lo que supone una proporción del 28,7% que supera la de países con más penetración de la electromovilidad como Holanda, Alemania y Francia. Sin embargo, el número total de puntos en España es mucho más bajo que el de esos países, lo que ha llevado a la Cámara de Comercio de España a alertar de la dificultad de cumplir los objetivos del Gobierno si la infraestructura no crece con más rapidez.
Impulso público a la red
"Para convencer a más ciudadanos de que se cambien al eléctrico, hay que eliminar todas las molestias asociadas con la carga", demandó el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema. "Las personas necesitan ver más cargadores en su entorno diario, y estos puntos de carga deben ser rápidos y fáciles de usar, sin tener que esperar en largas colas", añadió.
Ante estos datos, ACEA insta al Parlamento Europeo y al Consejo a fortalecer significativamente la propuesta de la Comisión, a fin de garantizar que Europa pueda construir una densa red de infraestructura de carga y repostaje, que incluya un número suficiente de cargadores rápidos en cada estado miembro de la UE para 2030.