Elon Musk ha desmostrado nuevamente su fina piel ante las críticas y cómo utiliza la libertad de expresión que diefiende para ir contra sus detractores. El consejero delegado de Tesla ha tenido una reacción colérica en respuesta a la decisión de la agencia de calificación S&P Global Ratings de dar un zasca al fabricante de coches eléctricos en su índice ESG (Environmental, Social y Governance).
Tesla ha perdido su puesto en el índice ESG debido a las condiciones de trabajo de los empleados de la compañía automovilística y a la gestión de la investigación sobre las muertes y lesiones relacionadas con sus sistemas de conducción autónoma. La agencia afirmó que la puntuación de Tesla en materia de normas medioambientales, sociales y de gobernanza se ha mantenido "bastante estable" a lo largo del último año, pero que ha descendido en la clasificación frente a la mejora de sus homólogos mundiales, según Bloomberg.
Junto a Tesla, han perdido posiciones la refinería de petróleo Philips 66, la aerolínea Delta Air Lines y la petrolera Cevron. En cambio, ha subido en el índie Twitter, la red social que que quiere comprar Elon Musk a pesar de las dificultades en el proceso.
Elon Musk denuncia una "estafa"
"Aunque Tesla puede estar desempeñando su papel en la retirada de los coches de combustible de las carreteras, ha quedado por detrás de sus homólogos cuando se examina a través de una lente ESG más amplia", explicó la directora senior y responsable de los índices ESG de S&P Dow Jones en Norteamérica, Margaret Dorn.
La respuesta Elon Musk a través de Twitter no se hizo esperar. Tachó de "estafa" el índice ESG de S&P y sus criterios y señaló que se han convertido en "un arma de los falsos guerreros de la justicia social". Puso como ejemplo de la incoherencia del índice de sostenibilidad el hehco de que la petrolera Exxon haya entrado en el índice.
El revés a Tesla en el índice de sostenibilidad coincide con una caída de la compañía en la Bolsa de Nueva York, que fue de un 31% en el último mes debido a la venta de acciones de Musk para pagar la compra de Twitter.