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Cómo sobrevivir a la movilidad eléctrica según el presidente de Michelin

Florent Ménegaux, presidente de Michelin, alerta: "Europa debe replantear su modelo industrial para sobrevivir a la electrificación"

Florent Ménegaux, presidente de Michelin

Florent Ménegaux, presidente de Michelin

Juan Carlos Payo

28.01.2025 21:24h

3 min

En un discurso ante la Comisión de Asuntos Económicos del Senado francés, el máximo mandatario de Michelin, Florent Ménegaux, ha abordado lo que considera como "una crisis de la industria del automóvil". Durante su intervención, Ménegaux ha puesto el dedo en la llaga al señalar que si no se replantean las políticas regulatorias y competitivas, el continente corre el riesgo de perder aún más terreno frente a Asia y Estados Unidos. En un mundo donde la electrificación es inevitable, Europa debe decidir si será líder o espectadora en esta transformación. Para Ménegaux, la respuesta pasa por ajustar el ritmo, armonizar las reglas y apostar por la cooperación entre sectores.

“El vehículo eléctrico es inevitable, pero podemos elegir el ritmo”, ha subrayado Ménegaux. El ejecutivo ha expresado serias dudas sobre la viabilidad del calendario actual, que exige transformar completamente la cadena de valor del automóvil en apenas una década. “Es casi imposible”, ha afirmado, alertando que las reglas de juego en Europa no solo no son justas, sino que ignoran las dinámicas globales: “Nos dirigimos directamente hacia las dificultades. No estamos escuchando a los fabricantes ni al mercado”. El máximo mandatario de Michelin ha descrito el enfoque regulatorio europeo como “una maquinaria completamente fuera de control y cuando se necesitan 20 años para desarrollar una tecnología y las regulaciones cambian cada año, es casi imposible invertir o planificar”.

La complejidad administrativa es solo una de las caras del problema. Ménegaux ha ofrecido también una contundente radiografía de la pérdida de competitividad de Europa frente a otras regiones. “En 2019, fabricar en Europa era un 34 % más caro que en Asia. Hoy, esa diferencia ha llegado al 91 %. Ya no podemos exportar desde Europa; todo nuestro modelo de crecimiento se ha quebrado”. Además, el directivo de Michelin ha destacado que esta situación se agrava con el elevado coste energético europeo, que duplica al de Estados Unidos y multiplica por más de dos al de Asia, dificultando la rentabilidad de sectores como el del neumático, intensivo en consumo energético.

 Reglas de competencia que castigan a la industria local

Ménegaux también ha arremetido contra el modelo competitivo europeo, centrado en ofrecer al consumidor los productos más baratos, incluso a costa de sacrificar la industria local. “No se trata de proteger a la industria; la competencia es sana. Pero si un equipo de fútbol con once jugadores se enfrenta a otro con 22 y que puede tocar el balón con la mano, ya no es el mismo juego”, afirmaba. Según el ejecutivo, Europa debe cambiar las reglas de la competencia para evitar una pérdida aún mayor de tejido industrial frente a países asiáticos.

El caso de los neumáticos es un ejemplo claro, para Florence Ménegaux: “En los últimos 25 años, han surgido 200 fabricantes en China. Este exceso de capacidad mundial nos ha hecho perder 15 puntos de cuota de mercado global en valor, mientras Europa sigue permitiendo la entrada masiva de productos más baratos”.

Francia, un caso crítico dentro de Europa

Si la situación europea es preocupante, el panorama francés añade desafíos adicionales. Ménegaux denuncia que Francia lidera el continente en cargas sociales, con deducciones obligatorias que alcanzan el 45,6 % de los costes salariales, frente al 40 % de la media europea y Alemania. “El coste salarial para la empresa en Francia es demasiado alto y el ingreso neto que perciben los empleados, demasiado bajo. Esto no es sostenible”, afirma el directivo francés.

Asimismo, ha criticado los impuestos a la producción, que alcanzan el 4,5 % del PIB en Francia, el doble que en Alemania. “Cuando se gravan las actividades productivas, es imposible competir en un mercado global. ¿Cómo vamos a reindustrializar bajo estas condiciones?”, cuestiona Ménegaux.

Pero no todo han sido críticas y alertas en la intervención de Ménegaux, que ha hecho un llamamiento a repensar el modelo de colaboración entre el sector público y privado en Europa. “Necesitamos dejar de desconfiar entre ambos sectores. Solo conozco gente excelente en el sector privado, y la clave está en trabajar juntos”, enfatizó.

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