La llegada del coche eléctrico significará un cambio radical en toda la cadena del sector de automoción, desde el diseño, la producción, venta y reparación de los vehículos. Los talleres mecánicos están expuestos también al cambio disruptivo ya que un coche eléctrico es muy diferente de uno con motor de combustión interna. Un estudio presentado en el congreso de Faconauto advierte de una fuerte caída de la facturación en el negocio del mantenimiento y reparación de coches eléctricos.
En un escenario de implantación masiva del coche eléctrico, los talleres sufrirán un descalabro de sus ingresos del 56%, según las estimaciones del informe elaborado por la firma consultra Solera. Sin embargo, el cambio de los vehículos de gasolina y diésel por los eléctricos también abre algunas oportunidades de nuevos negocios que pueden paliar parcialmente el desplome de la facturación.
Nuevas oportunidades
La sustitución de las baterías supondrá un negocio nuevo para los talleres mecánicos de automóviles con unos importes elevados que de media se sitúan en unos 11.000 euros pero que supera los 20.000 euros en el caso de los turismos con más autonomía. El inconveniente es que el reemplazo de las baterías se produce cada 10 años, lo que reduce las expetcativas.
El saldo final entre la pérdida de ingresos y las nuevas oportunidades es un descenso de la facturación del 38%, según el estudio 'La descarbonización de la posventa' de Solera. El volumen de negocio del sector pasaría de 13.639 millones de euros a 8.472 millones.
Los efectos negativos de la sustitución de los coches de combustión interna por los propulsados por energía eléctrica supone que 25 piezas o elementos de los vehículos diésel o de gasolina desaparecerán de los talleres. Entre esos componentes en extinción, que son elementos esenciales hoy en día, se encuentran el aceite del motor, filtros de aceite y diésel, correa de distribución, bujías, inyectores, tubos de escape, las revisiones periódicas...
Menos horas de trabajo
Junto a la caída de los ingresos, las plantillas de los talleres también sufrirán las consecuencias porque la actividad se reduce y, en consecuencia, también bajan las horas de trabajo. Solera calcula que la facturación de horas de trabajo de un coche de combustión, que es de 3.429 euros en un periodo de 10 años, baja hasta 489 euros en el caso de un vehículo eléctrico debido a que se necesitará un 90% menos de horas de trabajo. Un ejemplo es el cambio de baterías, una labor que requiere unas seis horas de trabajo.
Los concesionarios presentes en el Congreso de Faconauto respiraron un poco más tranquilos con las estimaciones del ritmo de introducción del coche eléctrico, que será progresivo y puede ser muy lento. En supuesto de que las matriculaciones de vehículos eléctricos llegan al 10% del ttoal, frente a un 1% actualmente, se necesitarían 172 años en electrificar todo el parque automovilistico español, según Solera.