Algunos propietarios de modelos de coches situados entre los más vendidos del mercado están viendo con sorpresa cómo sus vehículos, que no tienen nada que ver con el lujo, se han convertido en objetivo de los ladrones. La crisis ha llegado también al negocio de la delincuencia alrededor del automóvil.
De la misma forma que el mercado de vehículos de segunda mano se ha transformado en uno de bajo coste, los robos también han bajado el listón de los coches que posteriormente se pueden colocar mejor en el mercado. La sustracción de modelos deportivos o de gama alta ha dejado paso a un floreciente negocio que consiste en robar, en primer lugar, el Seat León, uno de los turismos situados entre los 10 más vendidos en España, según un estudio de Línea Directa Aseguradora.
El robo perfecto es el que se perpetra un sábado del mes de julio y en la comunidad de Madrid. Sus blancos preferidos son un Seat León, un Volkswagen Golf o un BMW Serie 3 con una antigüedad de 3 a 6 años. A continuación figuran el Seat Ibiza (el más robado en Catalunya), el Volkswagen Passat, el Renault Megane, el Audi A4, y la gama de Ford comenzado por una pieza casi de museo muy cotizada, el Escort, el Fiesta y Focus.
Tras el sobresalto de no encontrar tu coche, lo primero que te debes preguntar es por qué te ha tocado a ti y por qué han robado un coche viejo al que tenías mucho cariño pero de un valor comercial reducido. Aquí influyen la oportunidad y facilidad para sustraer ese coche y su valor en el mercado negro, normalmente en otro país en vías de desarrollo ya sea revendiéndolo o utilizándolo como almacén de piezas.
Madrid, Toledo y Alicante
Entre las curiosidades del estudio se encuentra que Toledo es la segunda provincia con más robos denunciados. La causa está, según Línea Directa, en la fuerte demanda de piezas por parte de la abundante industria de desguaces toledana que tiene que abastecer al mercado de repuestos para un parque de vehículos envejecido.
Otra peculiaridad consiste en que Alicante se encuentra situada en tercera posición por cifra de robos, algo que es atribuible a la facilidad para embarcar los vehículos o las piezas rumbo al norte de África.
Entre las modalidades que han crecido durante la crisis está el robo simulado para cobrar del seguro y después revender el coche en el mercado negro o falsificando los papeles.
Pero tampoco hay que alarmarse porque el número de sustracciones se ha reducido a la mitad en 20 años y registró 50.000 robos en 2012. A partir de ahora, las marcas de coches harían bien en volver a ofrecer alarmas antirrobo en coches del montón que ahora son más apetecibles para los ladrones.