El consejero delegado de Opel, Karl-Thomas Neumann, convirtió la presentación del nuevo utilitario Karl en el Salón del Automóvil de Ginebra en una demostración de la palabra de moda: la conectividad. Siguiendo un guión planificado al milímetro, aparentó que no tenía la llave del vehículo. Mientras esperaba que le trajeran la llave, sacó el móvil del bolsillo y accionó la apertura remota de la puerta. Volvió a guardar el teléfono y abrió la puerta del coche. En el Mobile World Congress de Barcelona, Seat mostraba a la prensa su aplicación desarrollada con Samsung que permite, entre otras funciones, abrir las puertas. Pero, ¿son realmente útiles esas app o esa función?
Tanto en el Mobile de Barcelona como en el Salón convencional de Ginebra, todas las marcas presumían de tener a sus coches hiperconectados. Hasta el punto de vender apps o funciones escasamente útiles o directamente un paso atrás para los conductores. En el tiempo necesario para sacar el móvil, abrir la aplicación, que se conecte con el coche y se accione la apertura de la puerta, es posible sacar el mando a distancia, abrir las puertas, arrancar y marcharse.
Pero si lo que se busca es comodidad y rapidez, existen en el mercado desde hace varios años otros sistemas de apertura de puertas que cada vez están más extendidos. Se trata de las llaves inteligentes que se empezaron a comercializar en la década de los 90 y ahora protagonizan las campañas de lanzamiento de los modelos Ford Ecosport y Nissan Micra, por ejemplo. Generalmente funcionan mediante ondas de radio y permiten desbloquear la puerta al aproximarse al vehículo, con lo que no es necesario sacar la llave inteligente del bolsillo o el bolso.
La comparación entre la app para abrir el coche con el smartphone y la llave inteligente o incluso el mando a distancia tiene una conclusión clara: la hiperconexión no siempre es mejor, e incluso puede empeorar las posibilidades técnicas ya existentes.
Pero vivan los coches conectados porque tienen muchas otras ventajas. Incluso permiten desconectar. "Este botón sólo se debe accionar cuando el conductor quiere que sus movimientos sean privados y no se puedan rastrear", explica un empleado de Opel mientras hace una demostración del sistema On Star. Si no se aprieta el botón, un centro de control y asistencia ubicado en la ciudad británica de Luton puede saber dónde estoy para proporcionar ayuda en carretera o información. "Hola Sara, ¿puedes verificar que el coche funcione bien?", pregunta el empleado en Ginebra. Sara conecta con el coche desde Luton e inicia un chequeo. "Todos los sistemas funcionan correctamente", responde Sara con una voz dulce. Aunque parezca una grabación o la voz de un navegador, Sara es real. "Sí, soy real, estoy en Luton. Hablo un poco de español porque lo estudié", dice en respuesta a mi pregunta de si existe o es un personaje virtual.