La movilidad e incluso el urbanismo urbano están cambiando de forma acelerada y lo seguirán haciendo todavía más en los próximos años. "Hemos visto una ciudad silenciosa, limpia, tranquila en el estado de alarma. Hemos descubierto una ciudad algo distinta. La gente no está dispuesta a volver al ruido, la congestión y la contaminación", decía recientemente el director general de la DGT, Pere Navarro, en un encuentro sobre movilidad organizado por los fabricantes de automóviles agrupados en Anfac.
Un estudio de la consultora McKinsey & Company apunta que las profundas transformaciones que se están viendo en las ciudades desde la llegada de la pandemia del coronavirus no solo se van a mantener, sino que irán a más y pueden relegar el coche privado a un papel muy secundario. El punto de partida es un nuevo paradigma en las prioridades de las personas en sus desplazamientos.
Nuevas prioridades
Según una encuesta de McKinsey llevada a cabo en China, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, la reducción del riesgo de infecciones ha pasado de ocupar el sexto lugar antes de la Covid-19 al primer puesto, por delante del tiempo del trayecto, la facilidad, el especio y la privacidad y el precio.
"El uso de automóviles privados o andar en bicicleta, caminar y la micromovilidad compartida podrían superar al transporte público. De estos, caminar y andar en bicicleta son actualmente las opciones más atractivas", indica el estudio.
En ese contexto, las grandes ciudades están actuando para favorecer las alternativas al coche privado y al transporte público con más zonas peatonales, carriles bici... El estudio recoge algunas experiencias internacionales a las que hay que sumar las de ciudades españolas como Madrid y Barcelona, envueltas en la polémica por la reacción en contra del 'lobby' automovilístico y de comerciantes de las nuevas zonas peatonales.
-Milán anunció que transformará 35 km de calles previamente utilizadas por automóviles en carriles para caminar y andar en bicicleta después del cierre.
-París dedicará 50 km de carriles normalmente reservados para coches a bicicletas; también planea invertir unos 300 millones de euros en actualizar su red de bicicletas.
-Bruselas ha seguido transformando 40 km de carriles para automóviles en carriles para bicicletas.
-Seattle cerró permanentemente 30 km de calles a la mayoría de los vehículos a fines de mayo, lo que proporcionó más espacio para que las personas caminen y anden en bicicleta después del cierre.
-Montreal anunció la creación de más de 320 km de nuevas vías para peatones y bicicletas en la ciudad.
-Berlín ha reutilizado algunas calles residenciales como "calles de juego" los domingos durante el cierre y también está discutiendo la posibilidad de extender el programa a otros días de la semana.
El informe pronostica "cambios drásticos en los modos de movilidad en todo el mundo", aunque con diferentes enfoques en función de las áreas geográficas. El descenso más pronunciado en el uso del coche privado para los desplazamientos hasta 2030 tendrá lugar en Europa, hasta el punto de quedar como un modo de transporte secundario por detrás de bus, metro y tren, micromovilidad compartida, taxis autónomos y caminar, la bicicleta y los patinetes privados.
En el sureste asiático, el coche privado quedará relegado a un papel simbólico en las ciudades, en las que el transporte público, el 'carsharing' y la micromovilidad compartida dominarán los desplazamientos. El extremo contrario es Norteamérica, donde el coche privado mantendrá su gran hegemonía como modo de transporte preferido por una amplia mayoría de la población.