El tráfico caótico de China y de otros muchos países tiene remedio. El coche conectado puede aportar la racionalidad de la inteligencia artificial a los temidos cruces. Ford acaba de llevar a cabo la primera prueba en carreteras reales de China de un coche inteligente conectado a los semáforos y otras señales y a otros vehículos. La prueba de coche conectado e inteligente de Ford se ha llevado a cabo en Wuxi (Jiangsu) de forma paralela a un evento sobre la internet de las cosas en esa ciudad china. La implementación del coche conectado e inteligente contribuirá, según Ford, a reducir los atascos, liberar espacio en la acera y reducir los riesgos para la seguridad vial. En ciudades con un tráfico caótico puede ser de gran ayuda esa racionalidad que aporta la inteligencia artificial a través de múltiples sensores en el coche, en las carreteras, los semáforos y las señales de tráfico.
El tiempo que falta para que un semáforo cambie de color
La tecnología C-V2X permite que tanto los vehículos como las infraestructuras, las señales y los peatones "hablen el mismo idioma" y en tiempo real. Entre las funcionalidades que permite se encuentran la frenada automática de emergencia para evitar colisiones con otros coches, obstáculos o peatones en la calzada, el aviso de las señales de tráfico, el tiempo restante para que un semáforo cambie de color. Las pruebas del coche conectado en China, llevadas a cabo en colaboración con Huawei y China Mobile, se enmarcan en la estrategia de Ford y de otras marcas de testar en situaciones de tráfico real la respuesta de la nueva tecnología. Pruebas similares se han llevado a cabo en calles y carreteras reales en París y Denver, entre otras ciudades.