El coche conectado no solo es una tendencia tecnológica, sino también un negocio para el que todos se están preparando. El último ejemplo es la filial creada por Stellantis, Mobilisights, con la que espera ingresar unos 20.000 millones hasta 2030 con la monetización de los datos y los servicios asociados. Los cambios tecnológicos y el negocio que abren han estado muy presentes en la feria CES de Las Vegas, que también logra réditos de la tendencia transversal en la movilidad.
Mobilisights prevé aprovechar los datos de los 34 millones de vehículos conectados que la compañía espera tener en 2030 y sus productos estarán disponibles para empresas privadas, el sector público e instituciones educativas y de investigación para fomentar "la toma de decisiones basada en datos". Entre los servicios que se ofrecerán figuran desde seguros personalizados hasta otros ligados a la gestión del tráfico.
El negocio del coche conectado
Es un esquema empresarial que están aplicando la mayoría de los fabricantes de automóviles y los nuevos actores que está trayendo el coche conectado y su expectativa de negocio. La condición imprescindible es garantizar la privacidad de los datos y dar el poder sobre los mismos a los usuarios. Las empresas tienen que evitar la tentación de buscar atajos como hizo Uber mediante un burdo 'software' que rastreaba y espiaba a sus usuarios y a sus conductores.
Las expectativas de negocio alrededor del coche conectado son elevadas. El mercado mundial de software y electrónica destinado a los automóviles alcanzará un volumen de negocio de 468.000 millones de dólares en 2030 para unas matriculaciones de 102 millones de vehículos en todo el mundo, según las estimaciones de la consultora McKinsey. En ese pastel que se está horneando, las mayores porciones corresponden a dispositivos de control electrónicos, a sistemas operativos y sensores, entre otros componentes.
En la edición de 2023 de la feria CES hemos visto numerosos ejemplos de la importancia que tiene ya el coche conectado y de la que tendrá en los próximos años. Sony ha presentado el prototipo Afeela, desarrollado conjuntamente con Honda. Entre sus características destaca el hecho de que dispone de 45 cámaras y sensores sobre los que se basan su conectividad y las funciones de seguridad y de la conducción autónoma incipiente. Es significativo que en la feria electrónica se haya hablado más de coches eléctricos y conectados que de vehículos autónomos. Los fabricantes han ralentizado la carrera por los coches autónomos por las abultadas inversiones que requieren pero también por los riesgos legales ante una normativa muy rezagada.
CES y MWC salen ganando
El decantamiento del centro de gravedad de la automoción hacia la electrónica y el software ha propiciado que los fabricantes de automóviles hagan cola para entrar en la feria CES, dominada hasta hace muy poco por las grandes compañías tecnológicas. Junto a ellas, cada año crece la lista de marcas automovilísticas y proveedores que acuden a Las Vegas, una tendencia simultánea a la decadencia de los tradicionales salones del automóvil.
En Europa, el papel de la feria CES de Las Vegas lo ejerce el Mobile World Congress de Barcelona, que también se ha convertido en un polo de atracción de fabricantes automovilísticos y proveedores de software para automoción. La edición de 2023 del MWC será una nueva oportunidad para ver los coches del futuro y del presente. Incluso estuvo a punto de acoger la entrega del premio Car Of The Year, que se ha quedado huérfano al no celebrarse el Salón del Automóvil de Ginebra. Sin embargo, la propuesta de los jurados españoles del premio no prosperó ya que la mayoría prefirió trasladar el evento al Salón del Automóvil de Bruselas a pesar de su escasa relevancia internacional. Veremos qué pasa en ediciones posteriores.