El colega Xavier Pérez ha estrenado la conducción autónoma en una prueba real en España. Al acabar los casi 600 kilómetros de Vigo a Madrid a bordo de un Citroën C4 Picasso sin conductor le pregunté si pasó miedo. "No, lo pasas peor en Dragon Khan", respondió. Curiosamente, viajar de copiloto del conductor virtual de los coches autónomos da una sensación de seguridad cuando compruebas la frialdad y eficiencia con la que se mueve el vehículo. Además de reducir los accidentes, que no es poco, ¿Alguien ha pensado en los efectos culturales, sociales y antropológicos que tendrán los coches autónomos?
Cada vez está más cerca el día en que nos convertiremos en meros copilotos o pasajeros en nuestros vehículos. Entonces la conducción de nuestro coche no será el reflejo de nuestra personalidad, sino de la del programador del cerebro informático que planificó la respuesta del software ante la información recibida. Pero, ¿Podremos escoger varios tipos de conducción? De un programador tranquilo, de uno amante de la conducción deportiva...
¿A quién multará la policía?
El desideratum de las aseguradoras de una combinación de una mujer al volante y de un hombre de más de 60 años de copiloto colaborador, según un estudio de Línea Directa, ha quedado ya desfasado. Lo mejor para reducir la siniestralidad será un conductor robotizado y un copiloto que no intervenga. Pero, ¿Qué será de la Guardia Civil, los Mossos o la Ertzaintza, a quién multarán si un coche autónomo comete una improbable infracción?
Los niños pueden estar de enhorabuena porque ya no tendrán que presenciar la escena que tanto detestan, según algunas encuestas, que consiste en sus padres transformados en energúmenos insultando a otros conductores. Porque, ¿Se pitarán y se insultarán los coches autónomos cuando se adelanten temerariamente? ¿Serán los coches autónomos españoles más de insultar, igual que los conductores españoles en comparación con los de otros países?