Hace unos años americanos y turistas se refugiaban en los cafés Starbucks para poder tener conexión a Internet rápida y barata, sólo había que tomar un café o un té. Ahora Volvo está dispuesta a renovar la idea convirtiendo el café americano más popular en estaciones de recarga rápida para los vehículos eléctricos.
En Estados Unidos está subiendo como la espuma la venta de vehículos híbridos, en 2021 aumentaron un 76%, rozando las 900.000 unidades, muchos de ellos enchufables, y aunque los eléctricos puros el pasado año no fueron los más populares de la clase, sólo el 4% del mercado, pero el doble que en 2020 y en los últimos meses el incremento del precio de los combustibles sólidos ha disparado sus ventas.
Pero los americanos se enfrentan al mismo problema que algunos países europeos, entre ellos España, para poder hacer las recargas que permitan cubrir un viaje donde las distancias son grandes o enormes. En Estados Unidos los cargadores públicos suelen estar en la puerta de tiendas de comestibles o en lugares de difícil acceso y son lentos o están estropeados (muy típico también en España).
Para hacer frente a esta carencia el fabricante sueco Volvo se ha aliado en Estados Unidos con la cadena de cafeterías Starbucks, tremendamente popular en su país de origen y con miles de establecimientos, para crear una red pública de carga de vehículos eléctricos. Los propietarios de vehículos eléctricos sabrán que en las cafeterías tendrán un punto de recarga y podrán comer algo, tomar un café o ir al baño mientras esperan.
60 cargadores rápidos
Volvo tiene el objetivo de instalar este verano hasta 60 cargadores rápidos en al menos 15 ubicaciones de Starbucks desde el área de Denver (Colorado) hasta la sede de Starbucks en Seattle (Washington). Esto supondrá una red de carga que cubrirá una ruta de 1.350 millas (2.172 km) y una estación de carga aproximadamente cada 160 km, una distancia razonable dentro del rango de autonomía de los vehículos eléctricos.
La estrategia de la compañía sueca, controlada por la china Geely, es acercar los cargadores a la rutina diaria de los conductores, con un enfoque más creativo y una tendencia que cada vez está más presente en el entorno de la movilidad sostenible, unir proveedores de carga con minoristas populares.
Volvo quiere que cargar uno de sus coches eléctricos sea tan fácil como entrar en un Starbucks y pedir una bebida. Por ejemplo, recargar la batería del Volvo C40 del 20% al 90% por ciento se podrá hacer en unos 40 minutos. Estos cargadores están disponibles para todos los propietarios de vehículos eléctricos, pero los clientes de Volvo se beneficiarán de tarifas reducidas o tramos gratuitos.
El objetivo de Volvo de ser una marca totalmente eléctricos en 2030 se une a la estrategia de Starbucks de ser una cadena sostenible con 0 emisiones incluso para carga de vehículos eléctricos. Para ello está creando instalaciones solares en sus tiendas, que este año prevé ampliar a 50 establecimientos.
