Ildefonso Boto, vicepresidente de Estrategia y Movilidad de bp y consejero de la joint venture creada por bp pulse e Iberdrola, es uno de los impulsores de la red de recarga de vehículos eléctricos en España. Pese a las dificultades con las que tiene que lidiar a diario por la burocracia en las administraciones y las distribuidoras de electricidad, destaca que la infraestructura de carga en España está por encima de las necesidades dado el parque actual de vehículos eléctricos y se marca como objetivo convertir a Iberdrola I bp pulse en líder de la red de recarga ultrarrápida en España, algo que ya han logrado en otros países.
En su participación en la mesa de análisis organizada por Coche Global en el Cupra City Garaje de Madrid para presentar nuevos datos del Barómetro Auto Mobility Trends, Ildefonso Boto destacó los avances logrados en la instalación de puntos de carga de acceso público. "Hablamos mucho de la falta de infraestructura de carga -indicó- cuando la realidad hoy en día en España es que hay más infraestructura que vehículos. A día de hoy hay más de 37.000 puntos de carga operativos, lo que supone que es la sexta red de carga pública más grande de Europa".
Sin embargo, la otra cara de la moneda es el nivel de penetración del vehículo eléctrico, donde España está casi a la cola de Europa. "Eso se ve claramente en las utilizaciones de los cargadores a día de hoy en España pues tenemos un tercio de la utilización de otros países de nuestro entorno como Portugal, Francia y Alemania, donde tienen porcentajes de ventas de vehículos eléctricos muy superiores", advirtió Ildefonso Boto.
"Quitar el miedo" al coche eléctrico
Una de las claves para impulsar la nueva movilidad electrificada es "quitar el miedo" a los compradores de coches eléctricos. "Hoy en día con la aplicación de bp pulse o cualquiera de las aplicaciones que hay al mercado veréis una infinidad de puntos de carga accesibles disponibles que funcionan y sin colas". A eso hay que añadir la mejora en las ayudas directas para el usuario en el momento de la adquisición de un vehículo eléctrico, que en algunos casos ya están adelantando los concesionarios, y más incentivos para fomentar la transición.
"Se ha ido intentando atajar los problemas. Hace tres años salió el real decreto que permite empezar a construir una instalación de punto de recarga con una declaración responsable pero todavía quedan muchos puntos en esa burocracia que hace que el proceso sea muy lento", aseguró. Para empezar, no existe información de dónde hay potencia disponible para instalar un punto de carga ultrarrápido con lo cual hay que solicitarlo a las distribuidoras, que en muchos casos tardan hasta 3 meses en contestar.
Para el consejero de la empresa conjunta de bp pulse e Iberdrola, "quizá el mayor problema son los puntos de carga que están ejecutados y que por una razón u otra, principalmente por el proceso de legalización o de conexión a la red eléctrica, tardan de media más de un año en ponerse en marcha". Una de las causas es que en muchos casos las distribuidoras "no empiezan a mover los papeles necesarios hasta que tú no acabas la instalación".
Agilizar y simplificar la red de carga
Como consecuencia de ello, Ildefonso Boto considera que hay que seguir trabajando en agilizar y simplificar los tiempos en la instalación y puesta en marcha de la red de recarga, en los que "se tarda de media más de dos años en poner en operación un punto de carga ultrarrápido de media tensión cuando en los países de nuestro entorno este plazo se reduce a la mitad". Uno de los referentes para España es Portugal, que "nos ha sacado los colores con una estrategia clara de electrificación", según Boto.
Ese retraso en el funcionamiento de los puntos de recarga tiene consecuencias prácticas. "Tenemos casi 600 puntos de carga ejecutados pero que están pendientes de poner en operación y muchos de ellos van a tardar más de un año de media. Eso son entre 50 y 60 millones de euros de inversión que ahora mismo están metidos en un cajón y sin rendir con lo cual queda mucho por hacer en la infraestructura", subrayó Ildefonso Boto.
bp pulse es la rama de electrificación de bp para el desarrollo de la infraestructura destinada al vehículo eléctrico, lanzada como marca hace solo dos años y que ya está presente en 12 países. Actualmente bp pulse ya lidera la carga ultrarrápida en Reino Unido y Alemania y es la empresa extranjera con más puntos de carga en China. En España y el mercado ibérico, bp pulse tiene la misma ambición de liderar el mercado. "Encontramos en Iberdrola el socio estratégico que nos ayuda como líder energético en el país, desde la generación, distribución y comercialización de electricidad, a cumplir ese objetivo", destacó Boto.
Mejorar la experiencia durante la carga
En tan solo 10 meses desde la creación de la joint venture de bp pulse e Iberdrola, la compañía dispone de casi 600 puntos de carga en España, con más del 90% de los mismos ultrarrápidos en operación" . Los puntos de carga de bp pulse e Iberdrola se encuentran ya en más de 200 localizaciones diferentes en España y Portugal.
Además del liderazgo en número de puntos de carga ultrarrápida, bp pulse también quiere liderar la experiencia de carga para los usuarios. "Hemos puesto a disposición de la joint venture las 1.300 estaciones de servicio que tenemos entre España y Portugal (en 100 ya hay puntos de carga) para desarrollar esa infraestructura de carga y que el cliente pueda tomarse un café, comerse un sándwich, conectarse con el ordenador con WiFi para trabajar, lavar el coche, es decir, el mismo tipo de servicios que tiene un cliente de un vehículo de combustión", explicó el directivo de bp. A través de bp pulse, la compañía trabaja para exportar ese modelo fuera de una estación de servicio con varias localizaciones que la sociedad conjunta espera abrir el año que viene. "En esas electrolineras puras, con hasta 20 puntos de carga ultrarrápida, vamos a tener servicios adicionales de Snacks, WiFi, aire acondicionado para que el cliente tenga un sitio donde estar y mejorar su experiencia mientras carga".
bp trabaja en modelos mixtos para impulsar la descarbonización, en los que además de la carga ultrarrápida del vehículo eléctrico haya también oferta de biocombustibles para el transporte pesado, en el que la electrificación es todavía complicada.