Las baterías de estado sólido se perfilan como la gran revolución en el sector del vehículo eléctrico, con autonomías ampliadas, mayor seguridad y tiempos de carga reducidos. Sin embargo, su comercialización en masa se sigue enfrentando a retos técnicos y de producción. Mientras los fabricantes japoneses avanzan anunciando producción en serie a partir de 2027-2028, Hyundai-Kia pospone su llegada hasta, al menos, 2030.
El desarrollo de baterías de estado sólido es clave para reducir la dependencia de China en la fabricación de baterías de iones de litio. Esta tecnología promete celdas con mayor densidad energética, menor peso y costes de producción más ajustados al eliminar materiales críticos como el cobalto. Sin embargo, la fabricación en masa sigue siendo el principal desafío.
Los desafíos técnicos de las nuevas baterías
En el reciente Kia EV Day 2025, Spencer Cho, jefe de planificación global de producto de Hyundai Motor Group, confirmó que esta tecnología no llegará a su grupo antes de 2030. "No creo que podamos comercializarlas antes de esa fecha", afirmó Cho, señalando los retos en el desarrollo de separadores cerámicos, la prevención de dendritas y la fiabilidad del proceso de producción a gran escala.
Mientras tanto, la industria japonesa mantiene su apuesta firme. Nissan, Toyota y Honda lideran proyectos de baterías de estado sólido con cronogramas más ambiciosos. Honda espera comenzar la producción piloto este mismo año, con una meta de autonomías de hasta 1.000 kilómetros y costes un 25% inferiores a los actuales. Toyota, en colaboración con Idemitsu Kosan, planea lanzar baterías de estado sólido en 2027-2028, con una expansión masiva en 2030. Por su parte, Nissan mantiene su hoja de ruta con una planta piloto en Yokohama, que arrancará este año con vistas a una comercialización en 2028, como ya nos anunciase en 2022.
Este cronograma refleja las diferencias en estrategia y capacidad de desarrollo entre fabricantes. Mientras algunas marcas optan por un enfoque conservador y continúan optimizando las baterías de iones de litio con químicas más accesibles, otras prefieren avanzar en la industrialización de la tecnología sólida, apostando por su viabilidad en menos de cinco años y para desmarcarse del control de las baterías actuales por parte de China.