En noviembre de 1999, sólo dos años después de su inauguración, el Museo Guggenheim de Bilbao organizó una legendaria e inolvidable exposición, ‘El arte de la motocicleta’, que dio aún más relevancia a un edificio singular que acababa de nacer al borde de la ría de Bilbao dispuesto a cambiar la fisonomía y el alma de la ciudad. Veinticinco años después los motores vuelven a rugir (metafóricamente) en el espectral edificio diseñado por Frank Gehry. Esta vez son automóviles de cuatro ruedas en una muestra que pone de relieve la vertiente más cultural, artística y exquisita de la ‘máquina que cambió el mundo’. Algo de agradecer en un momento que el coche es sinónimo de sucio y prescindible.
Concebida y diseñada por el arquitecto Norman Foster (Reddish, Gran Betaña, 1935), Premio Pritzker de Arquitectura en 1999 y Príncipe de Asturias de las Artes en 2009, es el resultado de la colaboración entre el Museo Guggenheim de Bilbao y la Norman Foster Foundation.
38 automóviles míticos
Bajo el nombre ‘Motion. Autos, Art, Architecture’, 38 automóviles míticos, alguno nunca visto en un museo y muchos de colecciones particulares, sirven de correa de transmisión para mostrar las interrelaciones entre el arte, la arquitectura, la fotografía, la moda o el cine con los automóviles a lo largo de más de un siglo. Desde los futuristas de principios del siglo XX, que se inspiraron en la velocidad y los pioneros automóviles para crear su pinturas y poemas, a Andy Warhol o el recién fallecido Christo, que en 1961 proyectó empaquetar el VW Escarabajo de la época.
Evocadora, rupturista y sorprendente, la muestra se distribuye en siete salas bajo diferentes temas, Beginnings (los orígenes), Sculpture (Esculturas), Popularising, cuando el coche se masificó, Sporting porque el deporte es la esencia también del automóvil y la velocidad lo que los hace diferentes y exclusivos, Visionaires donde podemos ver los diseños que fueron o pudieron ser, Americana porque Estados Unidos tuvo mucho que decir en la producción de vehículos, los viajes y la aventura y Future, donde Foster ha invitado a escuelas de diseño de todo el mundo a imaginar cómo serán el automóvil de finales de siglo.
Uno de los ccohes clásicos en el Guggenheim
Tributo a la automoción
En los próximos meses se podrán ver en Bilbao bajo el mismo techo el Porsche System Lhner de 1900, el Ferrari 250 GTO, de 1962, diseñado por Giotto Bizarriniun que vale 80 millones de euros, el Bugatti Type 57SC Atlantic de 1936, el Pegaso Z Cúpula de 1952 diseñado y construido por Wifredo Ricart o los Firebird I, II y III desarrollados para batir récords de velocidad. Además de otros más modernos como un Lancia Stratos Zero, de 1970 y un Dymaxión Car de 2010, que es propiedad de Foster, se trata de un vehículo futurista de 3 ruedas y gran eficiencia energética diseñado en 1930 por el inventor y arquitecto estadounidense Buckminster Fuller.
Pero también hay hueco para algunos modelos que han marcado la historia reciente de la movilidad como el Citroen 2CV, el Renault 4L, el Fiat 500, el Mini, el BMW 600 o los Voiture Minimum y Missima. Todos ellos rodeados de esculturas, piezas artísticas y documentos arquitectónicos que recorren los principales avances tecnológicos que se han producido en el mundo de la automoción además de sus enormes implicaciones sociales y culturales.
