La Ley de Cambio Climático ha recibido la aprobación por parte del Gobierno justo en un momento en el que la calidad del aire está en su mejor momento en décadas gracias al parón de la economía y de la movilidad. Después de un recorrido azaroso con tensiones con el sector del automóvil, el texto finalmente aprobado cuenta con el respaldo de la industria y los distribuidores. La clave es sutil pero importante puesto que se ha quitado la prohibición explícita de venta de coches diésel y de gasolina a partir de 2040, aunque ese sigue siendo el objetivo.
Para Anfac, la "inexistencia de prohibiciones taxativas" y la generación de un horizonte de trabajo progresivo y alineado con Europa es positivo porque contribuye a la innovación en las diferentes tecnologías y permite generar una hoja de ruta clara. La supresión de esa prohición inicial de la venta de coches con motor de combustión, incluyendo los híbridos, ha sido el caballo de batalla del sector con el Gobierno en los últimos meses.
Faconauto considera "positivo" que se fije un horizonte para la descarbonización progresiva del parque automovilístico, ya que aportará "claridad" y se transmitirá "confianza" a los consumidores a la hora de cambiar de vehículo, porque podrán optar "sin miedo" por todas las tecnologías disponibles en el mercado.
Prohibición verbal
Fabricantes y vendedores tenían el aval de la ministra de Industria, Reyes Maroto, y tuvieron que convencer a la titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que era partidaria de un proyecto legislativo más duro, tal como mostraba con sus declaraciones en las que decía que el diésel y la gasolina "tienen los días contados".
Este martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ha ratificado su viraje hacia una posición más contemporazadora con el sector al defender un alienamiento estricto con los objetivos de la Unión Europea como la mejor vía en lugar de "querer ir más deprisa". Pero el equilibrio encontrado es muy inestable tal como demuestra que Teresa Ribera ha indicado también que a partir de 2040 no se podrán vender coches de combustión. Además, a partir de 2050 ya no podrán circular los turismos que emitan CO2. Es decir, que ha recuprado la prohibición inicial de la ley aunque de forma verbal.
El anteproyecto aprobado enmascara la prohibición con este alambicado redactado: "En desarrollo de la estrategia de descarbonización a 2050 se adoptarán las medidas necesarias, de acuerdo con la normativa de la Unión Europea, para que los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, excluidos los matriculados como vehículos históricos, no destinados a usos comerciales, reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones cero de CO2".
Diálogo con el sector
Otra de las modificiaciones que han permitido el visto bueno de las patronales del sector es que la ley se remite al diálogo con el sector. Anfac considera necesario "comenzar a trabajar cuanto antes en diseñar y acordar las medidas activas de política económica y medioambiental que servirán para poner en marcha esta hoja de ruta, medidas que se tomarán, según este proyecto de ley, previa consulta con el sector.
La automoción pretende que la aprobación del anteproyecto de ley de cambio climático sea compatible con la puesta en marcha de un plan Renove que ha cuantificado entre 300 y 400 millones de euros para incentivar la compra de coches de gasolina y diésel además de eléctricos e híbridos. "Es imprescindible además que estas medidas estén coordinadas y promuevan ahora la recuperación del sector, en este entorno de crisis por el coronavirus, en línea con el plan de choque de medidas específicas y coyunturales que reclama la automoción", indica Anfac.