Dice la leyenda que ante el éxito y la originalidad del Fiat 127, lanzado en 1971 y que al año siguiente conseguía el Car of the Year, Volkswagen contrató a Giorgetto Giugiaro para crear una alternativa que le pudiese hacer frente. El proceso exigió comprar un 127 y desmontarlo pieza a pieza en Wolfsburg. Al final de todo ese trabajo Giugiaro diseñó el Golf.
El Fiat 127 fue el modelo más innovador y rupturista de los años 70 del siglo XX. Revolucionó en la década de los 70 y 80 el segmento B, el de los pequeños coches utilitarios y urbanos. Estaba lleno de ideas geniales y era incomparable en sí mismo. Compacto por fuera y muy espacioso por dentro, tenía un maletero de 365 litros (incluso hoy estaría en cabeza en su segmento), tracción delantera y suspensión McPherson. El motor era un cuatro cilindros de 903 cc y 45 caballos que se amplió unos años después a 1.050 cc y 70 caballos, pero siempre con consumos muy reducidos.
Entre 1971 y 1987, Fiat fabricó cinco millones de unidades, sólo un millón en los tres primeros años. Pero a esos números hay que añadir las unidades que se fabricaron en todo el mundo bajo licencia. En Polonia, en España, en Brasil desde 1976 y con el nombre Fiat 147 o en Argentina desde 1982, justo cuando se dejó de hacer en España.
Seat 127, una revolución
En España el Seat 127, producido en la antigua factoría de la Zona Franca de Barcelona, se lanzó en abril de 1972 y se presentó a la prensa con un gran despliegue en la isla de Lanzarote (eran otros tiempos). Estuvo en producción hasta finales de 1981 y costaba en la época unas 106.500 pesetas, según versiones. El 127 disparó las ventas de Seat, se fabricaron 1,34 millones de unidades, pero también una revolución tecnológica. Tras 18 años de vida de la marca, fue el primer Seat con tracción delantera, dirección de cremallera y el primero con suspensión McPherson en el tren delantero…. Todo un lujo en esa época. A partir de 1982, al terminarse el acuerdo con Fiat, pasó a llamarse Seat Fura, hasta 1986. Lo sustituyó… el Ibiza. Posiblemente este coche italiano pero recriado en Barcelona pusiera algunas bases de la atracción mutua entre el país trasalpino y la Ciudad Condal.
El Fiat 127 fue una gran idea convertida ya en un mito, pero pocos saben que su artífice fue un genial diseñador industrial italiano que, como muchos brillantes artistas, murió joven, con sólo 30 años. En tan poco tiempo pudo llevar a cabo grandes proyectos, no sólo el Fiat 127. Se llamaba Pio Manzoni (Bérgamo, 1939 – Brandizzo 1969) aunque su nombre artístico, por el que es conocido en todo el mundo actualmente, es Pio Manzù. Él firma algunos objetos que son míticos en el diseño industrial, el Cronotime, el primer reloj italiano que incorporaba radio, expuesto en el MOMA de Nueva York y que ahora comercializa Alessi, la lámpara Paréntesis, algunas piezas de Kartell o la silla Alias, lanzada en 2011 sobre un diseño de Manzù de 1967 y que inspiró lo asientos del 127.
Pio Manzù habría sido el Leonardo da Vinci del siglo XXI si un accidente de trafico cuando viajaba de Milan a Turín para ver el proyecto definitivo del 127 no hubiera acabado con su vida. O quizás no, pero había hecho mucho en pocos años. Visionario, innovador y muy avanzado se movía con la misma soltura como fotógrafo, periodista o creador de automóviles futuristas.
Trayectoria del diseñador
Su padre era un escultor muy famoso, Giacomo Manzoni, (si lo googleas verás la cantidad de esculturas de él que conoces) y Pio fue el primer italiano que se licenció en la prestigiosa escuela de diseño industrial de Ulm (Alemania), donde desembarco en 1959 e hizo la tesis sobre la seguridad de los tractores, emulado a Lamborghini, que también empezó así, pero fabricando tractores. A partir de ese momento su carrera fue imparable principalmente como diseñador de automóviles. Pininfarina hizo realidad alguno de sus bocetos y los mostró en los salones del automóvil de Londres y Turín de 1962. Sus proyectos casi siempre son premiados, Por ejemplo, el diseño de un vehículo familiar, el Autonova Fam de 1964, precursor de los monovolúmenes. En 1967 Fiat lo contrata como consultor externo y diseña el City Taxi y el Autobianchi Coupé, además del 127.
Pio falleció como un héroe de película, en accidente de tráfico cuando viaja en su 500 a Turín a presentar la maqueta definitiva, 1:1 del 127.
Para conmemorar los 50 años de este emblemático modelo y a su genial artífice, los italianos, que siempre están listos para recordar su esplendoroso pasado automovilístico han organizado una muestra imprescindible en el Museo del Auto de Turin (MAUTO), un templo para los apasionados del auto de todo el mundo. Bajo el título ‘¡Che Macchina!’ en la muestra, que se puede visitar hasta el 5 de septiembre, se exponen siete versiones diferentes del 127, dos de la primera generación, además del Top, el Sport, el Panorama y el City Taxi, además de maquetas como la de su proyecto de GT, bocetos y otros muchos objetos cotidianos diseñados por Pio Manzù.
