Los coches viejos multiplican la mortalidad de los accidentes. Las víctimas mortales viajaban en vehículos que tenían un 14% más de antigüedad.
Los coches con víctimas, un 14% más viejos
Detrás del aumento del 2,6% de las víctimas mortales en siniestros en la carretera en 2016, el primer incremento desde 2003, se encuentran varias causas como las distracciones, el aumento del tráfico en un 5% y la abundancia de vehículos cada vez más viejos e inseguros. La edad media de los coches involucrados en siniestros mortales el año pasado es uno de los datos más impactantes: pasó de 11,4 años de media en 2015 a 11,9 en 2016. Pero lo peor es que la antigüedad media de los coches en los que viajaban los fallecidos pasó de 12,9 años a 13,6. Es decir, que los muertos iban en turismos un 14% más viejos. O dicho de otra manera, el envejecimiento del parque automovilístico que sufre España eleva el riesgo de que haya más accidentes y que acaben con víctimas mortales.
Más siniestros en autopistas y autovías
El aumento de las probabilidades de morir en un coche viejo junto con la mayor contaminación que provocan son argumentos de peso para poner en marcha medidas que ataquen el problema favoreciendo o impulsando la renovación de vehículos. Más teniendo en cuenta que el envejecimiento del parque seguirá en los próximos años. Si a los coches viejos añadimos un incremento de los accidentes en autovías y autopistas, la probabilidad de que acaben con fallecidos se multiplica todavía más. Los coches viejos se pueden convertir en bombas rodantes. Ante esta situación, el RACE ha reclamado un pacto de Estado contra la siniestralidad en la carretera y para atajar el "alarmante" envejecimiento del parque, lo que multiplica los vehículos con menos medidas de seguridad en circulación.