La 47ª edición del Rally Dakar ha empezado con una dureza extrema y una de sus principales víctimas ha sido Laia Sanz. La española, que disputaba su decimoquinto Dakar, ha roto a las primeras de cambio un extraordinario récord de haber acabado todas las catorce ediciones que había disputado con anterioridad. Esta vez, la sexta que se corre en Arabia Saudita, su carrera se ha visto interrumpida en la primera etapa.
La dureza ha afectado a otros muchos pilotos y, entre ellos, a Carlos Sainz y Lucas Cruz, que en la segunda etapa han perdido una hora después de un espectacular vuelco en las dunas. El madrileño sufrió un accidente en el kilómetro 327, cuando abría pista, y pese a que pudo reanudar la marcha el Dakar se le ha complicado de inicio. También a Cristina Gutiérrez, que iba entre los primeros de la etapa hasta que en su equipo decidieran que esperara a Al-Attiyah y Loeb por si necesitaban ayuda. De hecho, Pablo Moreno, su copiloto, tuvo que ayudar a reparar el coche del francés, que en este segundo día de competición se dejó más de media hora.
Un serio revés para Laia Sanz
El Dakar, sin embargo, es muy largo, y seguramente más cuando se avecina una edición durísima que acaba de empezar. La que no podrá recuperar es Laia Sanz, que el lunes, festividad de los Reyes Magos, retorna a casa porque los comisarios de la FIA apreciaron una deformación en el arco de seguridad del coche tras sufrir un vuelco.
La catalana y su copiloto, Maurizio Gerini, se vieron forzados a retirarse. Un duro batacazo para la piloto. "Fue un disgusto. Cuesta mucho ir al Dakar, y creo que era un año para hacerlo muy bien, tanto en la categoría 4x2, como en la general, pero la FIA, en temas de seguridad, es muy exigente. Es normal y lógico. Toca aceptarlo".
"C'est le Dakar, Patron'
“C’est le Dakar, patron”, es la frase que más se repite en el bivouac cuando alguien tiene problemas. "No he podido dormir mucho”, explica Laia Sanz, reconociendo que el día siguiente de anunciar el abandono “es un día duro. Ver cómo todo el mundo sale en carrera y que nosotros no podemos, después de lo que nos costó llegar, es difícil de asimilar".
La piloto española explicaba cómo fue el incidente. "Estábamos en el polvo del Toyota de Giniel de Villiers y pillamos una piedra que no vi, nos levantó el coche y, aunque casi lo salvamos, terminamos volcando. Después, tuve que ir a ver qué había pasado porque, a veces, cuando vas en una nube de polvo, no ves lo que hay. Dimos con la piedra por ir 10 centímetros por fuera de la rodera. Da más rabia todavía, porque no íbamos apretando. Era un día de supervivencia", comentaba.
Laia se mostraba resignada y remarcaba que "lo que he hecho en estos 14 Dakar precedentes ha sido muy bestia. Me pongo a pensarlo y lo valoro. Seguramente, tocaba irse a casa por estadística, pero que sea en el primer día y de esta manera, duele más. Sufrimos mucho para reparar y llegar al final de la etapa, y que te excluyan por dos milímetros de desviación de las barras del coche duele, pero así está fijado en el reglamento".