El juego siempre se ha configurado como una actividad fundamental para la especie humana. Y ello es así tanto dentro del ámbito social como dentro del educativo, lúdico o económico. Y si no que se lo digan a betfair app en particular y al mundo de las apuestas deportivas en general. No en vano, el juego, desde etapas ya muy tempranas de la vida, fortalece nuestro cuerpo, espíritu y mente. Mejora, en definitiva, nuestro propio desarrollo y crecimiento.
Por desgracia, casi nunca otorgamos a dicha actividad la trascendencia que se merece. En las siguientes líneas, y más allá de la aclarar algún que otro concepto, hemos decidido abordar el juego haciendo énfasis en su importancia como eje tractor del ser humano.
¿Qué es el juego?
No puede haber mejor forma de dimensionar la importancia que el juego tiene en nuestras vidas que aclarar su concepto. Y es que, si atendemos a su definición, el juego es entendido como una actividad que habitualmente se lleva a cabo para entretenerse. Yendo un paso más allá, jugar suele ejercitar una o varias destrezas específicas. Es decir, de la misma definición de juego se desprende una acepción lúdica y otra educativa. Algo que, por desgracia, no siempre va demasiado ligado.
Y los motivos de su trascendencia son observables incluso desde las etapas más tempranas de nuestra vida. No en vano, el ser humano es, desde su nacimiento mismo, una especie que se caracteriza por ser una fuente inagotable de energia, movimiento y actividad. Y no lo decimos nosotros. Diversos estudios apuntan a que uno de los rasgos distintivos de nuestro progreso evolutivo, como especie, es precisamente la necesidad de realizar actividad física y mental de forma continuada. ¿La diferencia? En un principio la necesidad era puramente de supervivencia y actualmente a pasado a ser una cuestión lúdica y de ocio.
Importancia del juego: derecho y necesidad
Su importancia
De la definición misma de juego podemos deducir la importancia que dicha actividad juega, valga la redundancia, para el ser humano. No en vano, a poco que hayáis estado pendiente a este texto, habréis leído términos como necesidad, actividad o evolución.
El juego es un impulso que, aunque predominante en nuestra etapa más pueril, nos acompaña durante toda nuestra existencia. Todo un impulso primario y un motor que forma parte indisociable de nuestra propia evolución como personas.
Una importancia que, a pesar de no quedar recogida en el apartado de derechos y deberes de nuestra constitución, sí que aparece en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Reconociendo su derecho al juego y a las actividades recreativas propias de su edad.
Por otro lado, no nos encontramos ante una cuestión que se limite a los más pequeños. Y es que para los adultos sigue siendo una necesidad. Por el camino, se configura como una fuente de satisfacción, diversión y crecimiento tanto de cuerpo como de mente. No en vano, y con dicha afirmación damos por concluido este texto, jugar fomenta nuestras propias habilidades cognitivas, empáticas, sociales y emocionales.
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