Wallbox continúa con su rápida expansión internacional. El último movimiento ha sido la inauguración de una fábrica en Estados Unidos con una capacidad para producir un millón de cargadores al año cuando esté a pleno rendimiento.
La nueva planta, situada en Arlington (Texas), ha supuesto una inversión de 70 millones de euros por parte de Wallbox y se suma a las dos que ya tiene la empresa en Barcelona y otra en China.
Cargadores 'made in USA'
La producción prevista de Wallbox en Texas se destinará al mercado norteamericano, uno de los pilares del negocio emergente de la empresa catalana. Gracias a la producción local, los cargadores de Wallbox se podrán beneficiar de los planes del Gobierno de Joe Biden de impulso a la movilidad eléctrica. Precisamente, el acto de inauguración de la factorñia ha contado con la intervención de Mitch Landrieu, consejero de Biden y coordinador de infraestructuras de la Casa Blanca, que ha puesto a Wallbox y su rápido crecimiento como ejemplo del potencial de creación de empleos gracias a la electrificación de la movilidad.
La planta de Arlington fabricará este año 250.000 cargadores este año y superará el millón de unidades en 2030, con lo que igualará la capacidad máxima prevista por Wallbox para su nueva fábrica de la Zona Franca de Barcelona. La plantilla de Wallbox en Arlington subirá hasta 250 empleados en 2025 y a 700 en 2030.
Con la inauguración de la fábrica, Wallbox amplía su presencia en EEUU, donde ya cuenta con una sede corporativa en Mountain View (California) y almacenes en Burlington (Carolina del Norte) y Bloomington (California).
Reducción de costes
El CEO de Wallbox, Enric Asunción, ha destacado que la nueva planta "refuerza significativamente" el potencial de la empresa de satisfacer las necesidades del mercado estadounidense. "Esta nueva fábrica no solo tiene un papel fundamental en nuestra estrategia de expansión en Norteamérica, ya que nos posibilitará mejorar los tiempos de entrega y reducir los costes de transporte, sino que es esencial para conseguir nuestra meta de ser la empresa líder en soluciones de carga para vehículos eléctricos y gestión de la energía en todo el mundo", ha afirmado.
El fabricante de cargadores para coches eléctricos Wallbox cerró 2021 con unas abultadas pérdidas operativas de 47,6 millones de euros, lo que supone que se hayan disparado un 421% debido a a las inversiones en su rápido crecimiento. Wallbox, que cotiza en la Bolsa de Nueva York gracias a un acuerdo con una sociedad, logró unos ingresos de 78,8 millones de euros, un 263% más que en 2020. Durante el año pasado comercializó hasta 129.000 cargadores que vendió en "cerca de 100 países".
