Los lectores más veteranos recodarán un anuncio de los años 70 que hizo popular su eslogan. "¿Coche nuevo? No, no, Rally". La marca de cera prometía dejar los coches usados relucientes como si acabaran de salir del concesionario. El spot forma parte de la historia de la publicidad, pero su eslogan bien podría servir para definir ahora un mercado automovilístico como el español, que ha dado la vuelta al calcetín hasta conceder un dominio absoluto a los vehículos de ocasión.
Un 70% de los compradores de coches se decanta ahora por un vehículo de segunda mano, un porcentaje que se ha disparado desde un 52% en el 2007. La cera y los sprays con olor de coche nuevo son dos elementos que no pueden faltar en un concesionario que busca alternativas al negocio menguante de los turismos por estrenar. Y eso se nota en los salones que se celebran en las principales ciudades españoles, como el que tiene lugar esta semana en la feria de Barcelona.
El mercado de vehículos de ocasión ha resistido mucho mejor el embate de la crisis al registrar un descenso del volumen de ventas de 174.000 turismos, lo que supone un 9,5% de 2007 a 2013. En cambio, las matriculaciones de coches nuevos se han desplomado un 56% al perder unos 900.000 vehículos en el mismo periodo y pasar de 1,6 millones a algo más de 700.000 este ejercicio a pesar de la aplicación de cuatro planes PIVE.
El efecto combinado de los dos mercados da como resultado un descenso de un millón de vehículos nuevos y usados en las ventas, un 31%. Eso se traduce en menos necesidad de movilidad o en alargamiento de la vida útil del parque automovilístico.
La crisis ha forzado una corrección rápida del mercado español. Hemos pasado de las hipotecas al alquiler, es decir, de la compra de coches nuevos como símbolo de estatus a dar preferencia a los usados por la necesidad de gastar menos. La teoría de los vasos comunicantes demostrada por Pascal en el siglo XVII se cumple casi al pie de la letra por el trasvase de demanda de turismos nuevos a usados. Sin embargo, esos vasos comunicantes son más dudosos en la franja media y baja de los coches nuevos y la media y alta de los de segunda mano. La rebaja del precio de los nuevos y el aumento del de los seminuevos y con menos antigüedad provoca una reducción de la distancia que puede decantar a compradores por modelos por estrenar en lugar de reutilizarlos.
Somos más europeos
No es de extrañar pues que, con un aumento de las ventas de usados del 7,5% registrado este año, las expectativas del Salón de Ocasión de Barcelona sean altas después de que en 2012 se vendieran el 58% de los 1.800 vehículos expuestos con algo más de rebaja de lo habitual.
Somos más europeos. Aunque sea a la fuerza, España acaba de superar a Alemania en el ratio de segunda mano por cada matriculación al saltar de 1,1 en 2007 a 2,3 en 2013. Es una apuesta racional y anticrisis que, aunque no es santo de su devoción, también utilizan los fabricantes, como Volkswagen y Seat con la línea Das Welt Auto.