Los consumidores se están empezando a contagiar del contexto pre-recesión con una contracción en sus compras de vehículos. Las matriculaciones de turismos y todoterrenos cayeron en julio un 12,54%, con lo que se esfumó la esperanza de una remontada del mercado en un mes que suele ser el mejor del año. En este caso, ha sido el peor mes de julio desde 2012, cuando la economía recayó en su larga recuperación de la crisis financiera que estalló en 2008.
El descenso en las compras de clientes particulares fue una de las claves del mal dato de matriculaciones de julio de 2022, con 73.378 coches y todoterrenos vendidos. El dato acumulado de ventas de enero a julio suma un retroceso del 11%, hasta 481.135 unidades.
Los clientes particulares han roto una racha de varios meses en positivo con un desplome del 12,1% de las matriculaciones en julio, que se quedaron en 31.339 automóviles, según los datos de Anfac,Faconauto y Ganvam. Entre enero y julio, las ventas de coches en el canal de particulares se situaron en 208.462 unidades, un 1% menos.
Más ventas a empresas
En cambio, las entregas de turismos crecieron en julio un 2,7% en el canal de empresas, hasta 31.035 unidades, y subieron un 2,3% en siete meses gracias al auge de la fórmula del renting. Las empresas de alquiler de vehículos siguieron como grandes perjudicadas de las restricciones en la producción provocadas por la crisis de los microchips, al comprar 11.013 vehículos el mes pasado, lo que supone un 38,9% de bajada, y acumular una caída del 47% en lo que llevamos de año.
Hasta ahora, la crisis del sector del automóvil era de oferta debido a las dificultades para fabricar y entregar los vehículos con pedidos en firme, lom que ha aumentado el plazo de espera para recibir un automóvil sumando varios meses al tiempo habitual. Sin embargo, los datos de matriculaciones de julio, con la caída de ventas a particulares, da síntomas de que la crisis está contagiando también a la demanda en lo que puede ser la antesala de la temida estanflación.
El nuevo director de Comunicación y Marketing de Anfac, Félix García, alerta de ese efecto contagio en los compradores. "La mala situación económica que ya estaba suponiendo un importante condicionante para la decisión de compra de los usuarios, se ha agravado con la fuerte subida de la inflación y de los precios energéticos, así como la incertidumbre del consumidor ante algunos mensajes contrarios al uso de vehículos privados. A lo que hay que sumar que, a pesar de la leve recuperación de la producción de vehículos, la escasez de microchips todavía está suponiendo retrasos en las entregas de vehículos ya pedidos en los concesionarios".
Menos pedidos
El resultado de todos esos frenos económicos y estímulos negativos es un retraso en la decisión de compra de un coche nuevo o la búsqueda de alternativas con menos inversión, como la adquisición de un turismo de segunda mano, especialmente de los coches más viejos. Esa tendencia está provocando que se hayan equiparado las ventas de turismos de más de 15 años con los nuevos.
Los concesionarios confirman que la caída de las ventas va acompañada de un descenso en los pedidos en un momento en el que, además de todas las dificultades industriales y logísticas, el precio medio de los coches nuevos ha subido un 6% de media en lo que va de año, a lo que hay que sumar un incremento de los tipos de interés. Todo ello "aleja cada vez más a la familia media española de la posibilidad de adquirir un coche nuevo”, según advierte Raúl Morales, director de Comunicación de Faconauto.
Según la directora de comunicación de Ganvam, Tania Puche, "nos tenemos que ir a 2012 para ver un mes de julio con un volumen de registros más bajo, lo que nos devuelve a cifras de la crisis económica de entonces".
