La última subasta convirtió a Nueva York en la capital mundial de los coches clásicos e históricos de lujo. Tras varias semanas de pujas online la empresa especializada RM Sotheby’s se adjudicó uno de los Ferrari más codiciados de los últimos tiempos, un GTO Tipo de 1962, con número de chasis 3765, un coche de competición con un amplio palmarés como deportivo de la Scuderia de la marca italiana. Sin embargo, hubo sorpresa en el precio.
Este espectacular coche, con un palmarés en su época envidiable, se vendió finalmente por 51,7 millones de dólares (unos 48,27 millones de euros), cantidad millonaria pero casi un 14% por debajo de las previsiones que estimaban un precio por encima de los 60 millones de dólares. El último Ferrari GTO se había subastado en 2018 en Monterrey (California) por 48,4 millones de dólares, lo que supone una revalorización de este modelo, pero un enfriamiento de este peculiar mercado. La subida de los tipos de interés y las incertidumbres internacionales están incrementando la prudencia de los inversores.
Un Ferrari único
La puesta a la venta de este coche depertó un especial interés entre los coleccionistas. Se trata un ejemplar único que durante los últimos 38 años ha pertenecido a un único coleccionista de Ohio (Estados Unidos), que no sólo lo ha mantenido sino que incluso aumentó su palmarés, ahora en concursos de elegancia por su estilo y belleza.
Por sus características y previsible demanda, RM Sotheby’s puso en marcha una subasta única a la que llamó One Lifetime. One Car. One Chance (Una Vida. Un coche. Una Oportunidad). Este Ferrari es una de las 34 unidades del GTO (Gran Turismo Omologata) que fabricaron entre 1962 y 1964 para competir en la categoría de los GT. El Chasis 3765 se quedó en la casa y entró a formar parte de la Scuderia Ferrari y fue el único que desde el origen llevó el motor de cuatro litros.
Palmarés de competición
De fábrica salió pintado de color Rosso Cina y debutó el 27 de mayo de 1962 en los 1.000 km de Nürburgring con el número 120, con los pilotos Mike Parkes y Willy Mairesse. Se alzó con la victoria en su categoría y fue segundo en la general. El motor inicial, un V12 de 102 caballos, que alcanzaba una velocidad punta de 102 km/h, fue revisado para la carrera de Le Mans de ese año y remplazado por otro de seis carburantes que elevó la potencia a 390 caballos. Al volante se turnaron los pilotos Mike Parkes y Lorenzo Bandini que corrieron con el número 7. En 1965 el mismo coche fue subcampeón en la Taga Florio de Sicilia.
Ferrari se deshizo de esta unidad en 1974 y se la vendió al estadounidense Fred Leydorf, gerente del equipo de diseño de motores en American Motors Corporation y presidente de la Ferrari Club of America (FCA), que lo convirtió en un coche de colección y exposición. Durante una década se expuso en diferentes reuniones de FCA y en el Styling Auto Show de 1976, con lo que aumentó su prestigio y empezó a llamar la atención de los grandes coleccionistas. Uno de ellos, su actual propietario, lo adquirió en abril de 1985 tras una completa restauración que hizo un especialista de Florida. Desde entonces ha sido el triunfador en todos los premios de elegancia a los que se ha presentado, en Pebble Beach o Amelia Island, acrecentando aún más su palmarés.
