El año 2024 ha empezado con nuevas amenazas potenciales, como la que se cierne sobre el transporte marítimo por los ataques en el mar Rojo, pero también con algunos avisos a navegantes. Al mismo tiempo que va creciendo la lista de empresas afectadas por las alteraciones logísticas, en la última semana hemos conocido algunas noticias que apuntan hacia algo parecido a un pinchazo de las expectativas de un rápido crecimiento de la penetración de los vehículos eléctricos.
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Quizá el aviso más claro procede de la compañía de alquiler de vehículos Hertz, que ha optado por bajar su propio electro-suflé al anunciar que frena sus planes para electrificar su flota. De momento, Hertz llevará a cabo un ajuste mediante la sustitución de unos 20.000 coches eléctricos por otros de combustión para "responder a la demanda de los clientes" y para esquivar unos costes amenazantes. "Esperamos que esta medida equilibre mejor la oferta con la demanda esperada de vehículos eléctricos", aseguró Hetz.
La operación tendrá un coste en las cuentas de Hertz de 223 millones debido a la depreciación de los vehículos que venderá de forma anticipada, aunque la empresa espera pagar los nuevos vehículos de gasolina y diésel, aunque sea de forma parcial, con los ingresos procedentes de la venta de los eléctricos.
Un mercado dependiente de las ayudas
La decisión de Hertz afecta a alrededor de un tercio de la flota de vehículos en EEUU y supone dar marcha atrás en sus planes de electrificación masiva, que incluían la compra de 100.000 coches a Tesla y 65.000 a Polestar.
El anuncio de Citroën de que recupera la versión diésel de la versión de pasajeros de la furgoneta Berlingo, que se había quedado solo con la motorización eléctrica, responde también a ese ajuste entre la oferta electrificada y la demanda real. El hecho de no disponer de una opción de combustión en el mercado de las furgonetas, muy focalizado en las flotas de empresas, puede dejar a un fabricante con las manos atadas para competir.
De forma casi simultánea hemos conocido la preocupante evolución del mercado automovilístico de Alemania, el mayor de Europa, que ha registrado un desplome de las ventas de coches híbridos del 51% en 2023 y una tendencia a la baja de los 100% eléctricos desde septiembre. El mercado de Alemania muestra la debilidad del nuevo mercado de vehículos electrificados, que son todavía absolutamente dependientes de las ayudas públicas, hasta el punto de que sin esas subvenciones las matriculaciones se hunden.
Ajuste de la demanda y la oferta de eléctricos
Mientras la oferta y la demanda de vehículos electrificados se ajustan, se siguen anunciando abultadas inversiones, tanto privadas como públicas, en la la nueva movilidad sin emisiones. Los 902 millones de euros que dará Alemania a una planta de baterías de Northvolt (participada por Volkswagen) que se construirá en el país con una inversión de unos 4.500 millones de euros es un ejemplo claro de esas inversiones multimillonarias.
Además, la ayuda de Northvolt deja en evidencia otros mecanismos de ayudas a la electrificación como el PERTE, que prevé unas ayudas mucho más bajas por inversiones similares. La excusa de Alemania y de la Unión Europea para justificar el puente dorado a Northvolt es que este proyecto corría el riesgo de fuga hacia Estados Unidos por las amenazas que hizo la compañía energética.
Los avisos para la electromovilidad proliferan. Ahora solo falta tomar nota de ellos.