Los concesionarios de las marcas del grupo Stellantis se han llevado una sorpresa desagradable. La compañía ha cancelado los contratos de toda la red con un preaviso de dos años durante los que negociará cuales de sus distribuidores seguirán dentro del grupo si aceptan las nuevas condiciones. Stellantis quiere concesionarios multimarca y multiservicios a partir de 2023, según ha anunciado la multinacional.
"Los acuerdos de venta y distribución de servicios de todas las marcas de Stellantis se terminarán con un preaviso de dos años y la nueva red de distribución se seleccionará poco después, basándose en unos factores y objetivos clave", ha indicado la empresa a través de un comunicado.
Después de la cancelación del contrato de al extensa red de todas las marcas que engloba la fusión de los antiguos grupos PSA y FCA, los empresarios que están al frente de los concesionarios "serán invitados a reuniones específicas para contribuir al desarrollo de los futuros planes y estrategia de distribución de Stellantis".
Multimarca y multicanal
En el "nuevo esquema de distribución de Stellantis", el grupo quiere puntos de venta multimarca y multicanal en el que se busquen sinergias y se optimicen los costes de distribución. Uno de los objetivos, además de crear un nuevo modelo de negocio, es mejorar el grado de satisfacción de los clientes.
El grupo que dirige Carlos Tavares argumenta como justificación de su decisión los nuevos hábitos de compra de los clientes con un peso cada vez mayor del canal 'online', el próximo reglamento de la UE que entrará en vigor en 2023 y las previsiones de aumento de las ventas de vehículos electrificados.
La relación entre Stellantis y sus concesionarios ha destacado por ser una de las peores en España, según la última encuesta encargada por Faconauto. Peugeot, Citroën y Opel aparecen en el ranking como las tres marcas con peor puntuación debido a la baja satisfacción de los empresarios que forman su red de venta en España. Además, las redes de esas marcas así como la de Fiat eran las que tenían una rentabilidad peor valorada por los concesionarios y también una peor nota de los clientes.
